A pesar de la inseguridad que les genera la pluviometría y las dotaciones de agua para riego.
La superficie cultivada se ha reducido en los últimos 15 años, de 7.000 hectáreas a solo 400.
El 90 por ciento del ajo de Montalbán se dedica a la exportación.
Finalizada la siembra del ajo, los agricultores del municipio cordobés de Montalbán miran ahora al cielo para que las lluvias les sean propicias.
De 7.000 hectáreas sembradas de este cultivo hace 15 años en la provincia de Córdoba se ha pasado a apenas 400 hectáreas, según las estimaciones de los productores de Montalván, que se han visto obligados a sembrar en otras provincias, e incluso en otras comunidades, ante la inseguridad que les genera la irregular pluviometría y las dotaciones de agua para riego concedidas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Con todo, los productores de ajo de la zona siguen innovando y esperan una buena campaña este año.
Plantar una hectárea ya supone una inversión de más de 12.000 euros. Algunos ajeros resisten y este año han vuelto a plantar en Montalbán. Salvador López es uno de ellos.
A pesar de las dificultades, las perspectivas son buenas, los precios están teniendo una buena evolución y se prevé que el enlace de campaña se haga con buena cotización del producto, al tratarse de la zona productora más temprana del mundo, como explica Miguel del Pino, de la Sectorial del Ajo de Asaja. El 90 por ciento del ajo de Montalbán se dedica a la exportación.
Uno de los fuertes de la localidad es la industria transformadora. Y productores como "La Abuela Carmen" siguen innovando, aprovechando su producto estrella, el ajo negro, para expandir nuevas alternativas de negocio.
Lo que si se deja notar es la falta de mano de obra, un problema que hace mella en el campo cordobés y que requiere de nuevas fórmulas que garanticen el relevo generacional.