La desolación ha cundido entre los mineros, los bomberos y los guardias civiles, que se han fundido en abrazos tras participar en el rescate de Julen, el niño de dos años que cayó a un profundo y estrecho pozo el 13 de enero en Totalán (Málaga) y que ha sido hallado muerto a primera hora de hoy.
De "inmensa tristeza" ha calificado el diputado responsable del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga, Francisco Delgado el ambiente vivido esta madrugada tras ser hallado el menor sin vida.
"Una lucha titánica contra la montaña", afirmaba Francisco Delgado en relación a los trabajos de los rescatadores y testigo de esos abrazos.
La situación ha sido de "alivio al haberlo encontrado porque era el objetivo y el mazazo de encontrarlo muerto", añadía el responsable del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga.
Entre ellos, en la zona también se encontraba el ingeniero de Caminos y Canales Angel García, coordinador de la gran obra de ingeniería civil humanitaria realizada en estos más de doce días hasta llegar a Julen.
García ha descrito las escenas emocionantes y de tristeza entre los efectivos por las ilusiones que habían puestas respecto a la posibilidad de encontrar con vida al pequeño.
"Nos hemos consolado unos con otros", subrayaba el ingeniero.
Con los rescatadores han estado también autoridades de las distintas administraciones que han tenido que ver con el operativo: Gobierno Central, Junta de Andalucía y Diputación Provincial, además de mandos de la Guardia Civil.
Los mineros, sorprendidos por la dureza del terreno
Los mineros de la brigada de salvamento de Hunosa que han participado en el rescate de Julen han afirmado que les ha sorprendido la dureza del terreno en el que han tenido que excavar una galería horizontal para conectar con el pozo en el que se encontraba el niño.
Dos de los brigadistas, José Antonio Huerta y Rubén García, han abandonado momentáneamente esta mañana el hotel Rinconsol de Rincón de la Victoria, al que llegaron la pasada madrugada a las 5.00 horas después de completar su trabajo.
Tras regresar al hotel, han manifestado a los periodistas que se encontraban bien y que iban a descansar.
Huerta ha señalado que se han sorprendido de la dureza del terreno, lo que ha hecho que toda la labor se haya ralentizado, ante la necesidad de que los artificieros de la Guardia Civil efectuaran microvoladuras.
Ha indicado que han trabajado en turnos de hora y media y que mentalmente estaban preparados para un rescate de estas características.
El minero se ha mostrado "muy agradecido" a la gente de la zona, que se ha volcado con ellos poniendo a su disposición todo lo que necesitaban.
Este mediodía han salido del hotel efectivos del servicio de Montaña de la Guardia Civil, momento en el que los vecinos que se congregaban a las puertas del establecimiento han aplaudido y les han dado las gracias.
Entre los congregados se encontraba Pilar Rodríguez, una vecina de Rincón de la Victoria, de origen asturiano y familiar de uno de los mineros, que reside enfrente del hotel y que estos días ha desplegado en su balcón una bandera de Asturias para animar a los miembros de la brigada.
Esta vecina ha entrado al hotel para intentar ver a su familiar, Sergio Tuñón -que es el jefe de la brigada-, pero ha manifestado que seguía descansando y no había podido verlo.