Los agricultores del Bajo Guadalquivir están aprovechando la tregua de estos días para tratar de salvar las hortalizas de invierno anegadas por tanta agua
Los cultivos de primavera, principalmente de sandía y melón, también se ven afectados por las lluvias intensas de las últimas semanas
Los agricultores del Bajo Guadalquivir están intentando salvar las hortalizas de invierno y lo hacen aprovechando el fin de semana de tregua que ha dado la lluvia. El brócoli, coliflor o guisantes son de los más afectados.
Los cultivos de primavera, principalmente de sandía y melón, también se ven afectados por las lluvias intensas y continuas, en especial las que se encuentran al aire libre. Por un lado las plantaciones se llenan de agua y es difícil que el terreno pueda absorber tanta agua. Llueve sobre mojado y los altos niveles de humedad pueden dar lugar a la proliferación de plagas y enfermedades y que se pudran las plantas. En el caso de melón y sandía, además, están en pleno momento de polinización.
Respecto a las lluvias y su repercusión en el campo, el Consejero de Agricultura, Ramón Fernández, se ha felicitado por el incremento de las reservas pero cree que hay que dar un margen para conocer las consecuencias finales de tanta agua caída.