Ya hay 150 hectáreas dedicadas a este fruto seco.
Además de su recolección, los agricultores asumen los procesos de pelado y secado, con el fin de aumentar los beneficios.
El pistacho se ha convertido en un cultivo alternativo en las provincias de Huelva y Sevilla, donde ya hay una treintena de agricultores y 150 hectáreas dedicadas a este fruto seco. En esta campaña, además de su recolección, los agricultores han asumido los procesos de pelado y secado, con el fin de aumentar los beneficios.
El pistachero es un árbol que no exige grande cuidados. Comienza a dar frutos a partir del quinto año de su plantación. Este es el primero en el que agricultores de la Asociación de Pistachicultores del Sur tienen una producción significativa. Es el caso de esta finca de Escacena del Campo (Huelva), como explica el presidente de la asociación, Francisco Javier Miranda.
Aunque la cosecha no ha escapado a la sequía, el pistacho es un cultivo rentable, que estos agricultores quieren revalorizar haciéndose cargo ellos mismos del procesado.
En plena campaña de recogida, de momento, en Escacena son cinco las plantaciones en producción. Llevan recolectados unos 4.000 kilos de pistachos.