Más de 6 meses aislados por un desprendimiento en una ladera de Otívar
Las lluvias de la pasada Semana Santa dañaron una ladera y la carretera de acceso quedó cortada.
Los agricultores de aguacates y mangos también tienen dificultades para cultivar y recolectar los frutos.
Vecinos de Cázulas, en Otívar (Granada) llevan más de seis meses con el acceso cortado desde que las lluvias de abril, que dejaron más de 300 litros por metro cuadrado, provocasen un desprendimiento que cortó la carretera de acceso.
La única alternativa para entrar y salir de la población es una pista de tierra que les obliga a dar un rodeo de una hora que, además, deben hacer en vehículos todoterreno.
Nos lo cuenta José Ángel Moreno, uno de los vecinos que viven al otro lado de la ladera donde se produjo el desprendimiento.
Algo más de una hora de trayecto en lo que antes echaban 10 minutos. Las lluvias de la pasada Semana Santa los dejaron aislados, como a los agricultores de aguacates y mangos, que se han visto obligados a invertir más tiempo y dinero para cultivar sus fincas. Pero ahora se enfrentan a un problema mayor: recolectar y sacar el fruto, como explica José Luis Bueno, presidente de la cooperativa de Cázulas.
La Vereda de la Cunilla es una vía pecuaria, por lo que su mantenimiento corresponde a la Consejería de Medio Ambiente. La Diputación de Granada asegura que transferirá en breve lo presupuestado por los técnicos que han visitado el terreno y el Ayuntamiento de Otívar espera la prota respuesta de las administraciones, según el alcalde, Francisco Robles.
El otro punto de derrumbe está en el Palacete de Cázulas, un hotel rural al que no se puede acceder en coche. En este caso es casco urbano y después de medio año también sigue sin arreglo.
