El ayuntamiento de Huelva limita al mínimo el uso de petardos y cohetes en Navidad
El consistorio ha decidido, en favor de las personas con espectro autista y las mascotas, que el uso de pirotecnia se reduzca a unas pocas horas de la Nochebuena y la Nochevieja.
La cercanía de la Navidad que para la mayoría es sinónimo de fiesta, para otros supone todo lo contrario, temor e incluso terror. El derroche de pirotecnia en forma de petardos y cohetes, con su estruendo, afecta singularmente a personas con problemas por ejemplo de autismo o incluso a animales domésticos, que sufren, con algún riesgo de muerte en algún caso, ese exceso de ruido.
El ayuntamiento de Huelva ha tomado, ante esta tesitura, la decisión de prohibirlos, salvo en una pequeña ventana, unas pocas horas las noches del 24 al 25 de diciembre y del 31 al 1 de enero.
El daño de la pirotecnica a personas con alto grado de sensibilidad y a la mayoría de los animales domésticos ha hecho que de algo tradicional y aceptado se haya pasado a que cada vez más ayuntamientos limiten su uso. Y es que una de cada 50 personas tiene algún trastorno del espectro autista, conocido como TEA y no toleran sonidos estridentes.
Los animales, cuyos sentidos son mucho más agudos, tienen trastornos muchas veces irreversibles: infartos, intoxicaciones por fósforo por ejemplo en los gatos, y accidentes provocados por el impacto del ruido.
Por encima de 65 decibelios se considera un sonido no saludable. En estas fiestas se triplica con mucha frecuencia. La pregunta es clara, ¿podemos tener unas Navidades plenas a un menor volumen? Se trata de buscar soluciones más imaginativas y sobre todo más sensibles.
