El CEUS sitúa a Huelva en la vanguardia de la industria aeroespacial europea pero el camino no ha sido fácil.
Desde 2011 el Gobierno central dio luz verde a este proyecto, han pasado 13 años, una pandemia y una inversión de 28 millones.
El CEUS, situará a la provincia de Huelva a la vanguardia de la industria aeroespacial en Europa. Unas instalaciones abiertas a operadores públicos y privados, un motor importante que -se prevé- atraerá inversiones en un sector emergente, que impulsará la industria auxiliar y generador de empleo cualificado. Tras superar numerosos escollos, hoy, 13 años después de que se anunciará, es una realidad.
En noviembre de 2011, el Gobierno central daba luz verde a la construcción de un Centro de Ensayos de Sistemas Aéreos no Tripulados en término de Moguer, en Huelva, el denominado proyecto CEUS.
Unas instalaciones estratégicas para el desarrollo, entrenamiento y montaje de prototipos civiles y militares de este tipo de aeronaves , incluidas las de grandes dimensiones, pero también de vehículos terrestres no tripulados y navales. Además, se erige como un centro de formación avanzada.
Tras varios años paralizados, con la pandemia de COVID de por medio, el CEUS despegaba con fuerza. En diciembre de 2021 se iniciaban las obras sobre 75 hectáreas de terreno y con una inversión prevista de 28 millones de euros.
Este centro, puntero e innovador, cuenta con dos hangares de 40x50 metros, una pista de rodaje de dos kilómetros, que conecta la zona de despegue y aterrizaje. La Junta de Andalucía ha asumido el soterramiento de la línea de alta tensión y ha cedido los terrenos del CEDEA, el Centro de Experimentación del Arenosillo, en el que se integra el CEUS. Muy próximo, el INTA, el Instituto de Técnica Aeroespacial, desde donde se va a realizar de forma remota el control de los vuelos y que gestionará el centro.
¿POR QUÉ MOGUER?
En la elección de Moguer para albergar estas instalaciones se han tenido en cuenta una serie de ventajas como el permitir disponer de un vial de ensayos para despegue y aterrizaje; cuenta con los sistemas optrónicos de radar, comunicaciones del CEDEA en El Arenosillo; dispone de la cercanía de una zona de exclusión aérea de un millón de hectáreas y de excelentes condiciones atmosféricas para el vuelo.
A todo esto se suma la presencia de todo el ecosistema industrial aeronáutico español del polo Sevilla-Bahía de Cádiz-Huelva.