Los mercadillos también son para el verano
Las altas temperaturas no disuaden a los 30.000 vendedores ambulantes que montan sus puestos en Andalucía.
La crisis sanitaria y el comercio electrónico han reducido su actividad.
Todos los días hay un mercadillo en cualquiera de los más de 700 pueblos de Andalucía. Incluso en verano y a pesar de las altas temperaturas que se registran estos días de agosto.
La Asociación de Vendedores Ambulantes calcula que ahora mismo hay unos 30.000 puestos de venta en activo, muchos menos de los que había antes de la pandemia. Sin embargo, su principal problema no es la subida de los termómetros, sino la competencia del comercio electrónico.
En el mercadillo de Fuensanta, en Jaén, los puestos se montan muy temprano y se cierran pronto para evitar las horas de más calor. Los vendedores siguen hasta que ya no pueden más. También los clientes acuden antes de lo habitual.
Para muchos vecinos el mercadillo, el rastrillo, es una tradición. Sin embargo, es una tradición que pierde puestos y pierde vendedores, como asegura el portavoz de la Asociación de Vendedores Ambulantes, Antonio Figueroa, porque no pueden competir con las ofertas por Internet.
Ahora es el comercio electrónico y antes fue la crisis sanitaria de 2020. De los más de 35.000 registrados antes de la pandemia, la Asociación calcula que los vendedores ambulantes autónomos apenas llegan a los 30.000 en Andalucía.
Para ellos el verano es una buena fecha para redondear sus ingresos, antes de que lleguen el frío, el viento o la lluvia. Así, nos dicen, es la vida del vendedor ambulante.
