Recogida a mano y transporte a lomos de mulos, así es la vendimia en la Axarquía
El terreno, difícil por su gran altitud y sus marcadas pendientes, ha favorecido que esta ancestral costumbre no se pierda.
Famosas por su uva Moscatel de Alejandría, las viñas crecen entre los 400 y los 900 metros de altura.
En Moclinejo, municipio de la comarca malagueña de la Axarquía, la vendimia es una cuestión de desafío a la gravedad. Las vides están situadas en terrenos muy empinados, y las uvas tienen que ser recogidas a mano y transportadas gracias a los mulos, como se ha hecho durante siglos.
El terreno, difícil por su gran altitud y sus marcadas pendientes, ha favorecido que esta costumbre no se pierda y hoy constituya una de las faenas artesanales más antiguas de Europa.
Bernardo Villalba carga con mimo las cajas sobre Cubero, el mulo con el que recorre la viña cargado de racimos de uvas recién cortadas por los vendimiadores. Arriero desde que tenía 11 años, sabe que el preciado fruto debe llegar lo antes posible a la bodega para que no merme su calidad.
Aquí todo sucede a un ritmo acompasado, a pesar de que su jornada comienza cuando aún es noche cerrada, aparejando la bestia con la que recorre de forma paciente varios kilómetros hasta llegar a la viña, que acoge un manto verde de cepas que rondan los 60 años de vida.
Esta zona es famosa por sus uvas Moscatel de Alejandría, pero es rica también en otras variedades, como la Pedro Ximénez o la Garnacha.
El calor no da tregua en estas latitudes, por lo que las cuadrillas de vendimiadores comienzan la jornada a las siete de la mañana trabajando en unas parcelas situadas entre los 400 y los 900 metros de altura y que reciben la brisa húmeda del Mediterráneo.
Tan delicado proceso de producción fue el primero en Europa en recibir un reconocimiento de nivel internacional al considerarse Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2018.
