Científicos de la UGR han demostrado la eficacia de un tejido similar a la epidermis humana que se integra con rapidez en el cuerpo del paciente.
Álvaro Trigo se quemó el 63% de su cuerpo en un incendio y ha logrado recuperarse por completo.
Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado la eficacia de la piel artificial que diseñaron en 2012 para tratar a grandes quemados.
En 2016 se implantó en los primeros pacientes y durante estos años se ha comprobado que es efectiva y similar a la epidermis humana.
Este tratamiento da esperanza a personas que han sufrido quemaduras en más de un 60% de su cuerpo y cuyas posibilidades de supervivencia eran, hasta ahora, muy complicadas.
Esta piel artificial es un medicamento de terapias avanzadas y se ha comprobado que no produce ningún efecto secundario o complicaciones relevantes y que se integra rápidamente en el tejido del paciente.
El Grupo de Ingeniería Tisular del Departamento de Histología de la Facultad de Medicina de la UGR y del Instituto de Investigación Biosanitaria ibs.Granada -pionero en el diseño y la fabricación de tejidos artificiales humanos- inventó y publicó en 2012 un modelo de piel artificial denominado 'UGRSKIN' basado en células de la piel humana y biomateriales naturales diseñados por el propio grupo de investigación.
El grupo logró demostrar la eficacia de este modelo de piel en animales de experimentación y logró desarrollar todos los controles de calidad necesarios para la caracterización de dicho modelo, según los requerimientos de las distintas agencias del medicamento.
Posteriormente, tras demostrar la utilidad potencial del modelo, el grupo de la UGR logró, en colaboración con la Red Andaluza de diseño y traslación de Terapias Avanzadas de la Junta de Andalucía, la fabricación de esta piel artificial en calidad farmacéutica para su uso como medicamento de terapias avanzadas de acuerdo con la normativa de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, cumpliendo todos los estándares de calidad existentes en Europa.
De este modo, y una vez aprobada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, en 2016 se utilizó por primera vez la piel artificial 'UGRSKIN' para tratar a una paciente que presentaba graves quemaduras en el 70% de su superficie corporal en la Unidad de Quemados de referencia de Andalucía, localizada en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, con buenos resultados.
Desde entonces, se han tratado un total de 15 pacientes (ocho adultos y cuatro niños), con una supervivencia global cercana al 80%. En una rueda de prensa celebrada en la Facultad de Medicina de la UGR, donde se diseñó esta piel artificial, el equipo de investigación ha presentado este viernes el seguimiento y el análisis histológico de los 12 primeros pacientes tratados con este producto. Todo esto ha dado lugar a una publicación científica en la revista de de alto impacto Bioengineering and Translational Medicine.
“Una vez implantado, el modelo 'UGRSKIN' se integró rápidamente en el tejido del paciente, mostrando una epidermis muy similar a la epidermis humana normal desde los primeros momentos que, por tanto, contribuye a la protección del paciente frente a posibles patógenos externos. Asimismo, la dermis del tejido implantado fue capaz de remodelarse progresivamente hasta hacerse histológicamente análoga a la dermis normal a partir del segundo mes de evolución del implante”, ha explicado el profesor Miguel Alaminos.
El tratamiento de los pacientes grandes quemados supone un reto sanitario de primer orden. A pesar del desarrollo de la medicina actual, la supervivencia de los pacientes que sufren quemaduras profundas en amplias extensiones de su cuerpo es aún muy escasa, por lo que es necesario desarrollar nuevos tratamientos realmente eficaces para estos casos, como la piel artificial diseñada en la UGR.
Los pacientes tratados con esta piel artificial no sólo han logrado mejorar su calidad de vida, sino que, algunos de ellos, han conseguido también superar retos y dificultades tales como el ascenso a altas montañas y competiciones deportivas de elevado esfuerzo. No en vano, a la rueda de prensa, presidida por el rector de la UGR, Pedro Mercado, ha asistido Alvaro Trigo Puig, uno de los pacientes a los que se implantó la piel artificial en el año 2018.
Álvaro es un joven madrileño de 28 años que en 2018 sufrió quemaduras en el 63% de su piel tras un grave incendio. Debido a las heridas, estuvo en coma diez días y permaneció cuatro meses ingresado en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Tras implantarse la piel artificial diseñada en la UGR, Álvaro Trigo ha organizado y llevado a cabo proyectos solidarios deportivos de larga distancia. Entre otros, ha escalado el Kilimanjaro y el Mont Blanc, ha cruzado a nado el Estrecho de Gibraltar y el trayecto entre Formentera e Ibiza, o nadado desde las islas Cíes a Vigo con los pies encadenados. Sólo un año y medio después del implante de piel artificial, Álvaro ya pudo correr la Maratón de Sevilla y hacer una vida normal.
La piel artificial de la UGR es, por tanto, fruto de 15 años de investigación de un gran equipo de científicos que siguen trabajando para mejorar sus resistencia o su capacidad para frenar infecciones añadiendo nanopartículas con antibióticos.