Gracias a la investigación con tecnología punta.
En un campo de ensayo de la provincia de Sevilla cultivan patatas más resistentes al estrés hídrico y a los parásitos.
La sequía está poniendo a prueba a la mayoría de los cultivos agrícolas de nuestra tierra. Una forma de luchar contra los estragos de la falta de agua es la investigación.
Se trata de conseguir plantas que sean resistentes al estrés hídrico, o a los parásitos que afectan a los productos del campo.
Patata Jazzy, ,Lady amarilla o Soprano son algunos de los nombres que reciben las variedades de patatas que se ensayan en la provincia de Sevilla y que han salido al mercado tras años, que pueden llegar a décadas, de investigación.
Se busca que las características del producto perduren en el tiempo, como explica Javier Boceta, director general de Meijier.
En los campos de ensayo de esta empresa holandesa la tecnología que se aplica consigue que nuevas variedades más resistentes salgan al mercado. Por ejemplo, las pequeñas patatas envasadas para microondas, o las patatas chip.
En los últimos años se ha avanzado tecnológicamente mucho, según la ingeniera agrónoma Magdalena Iturmendi, que trabaja con estas nuevas variedades.
En este sector, el de la patata nueva, no recordaban una campaña tan complicada desde hace años. Las heladas de marzo y luego el intenso calor de abril han acortado el ciclo, que se ve además seriamente agravado por la sequía.