El director general de Save The Children explica que se ven abocados a ello cuando la policía no deja abandonar el país a sus padres u otros acompañantes adultos.
De todas maneras, destaca la "disposición muy acogedora en los países fronterizos", aunque teme que esto pueda cambiar si se prolonga mucho el conflicto.
El director general de Save The Children en España, Andrés Conde, ha contado este lunes en Despierta Andalucía cómo está siendo la llegada y atención de menores desde Ucrania a Rumanía. En este sentido, desde el puesto en la frontera entre los dos países, ha descrito que los niños llegan "ateridos de frío" y que lo primero es facilitarles "alimento y bebida porque llevan días en colas kilométricas".
En cualquier caso, ha expresado que los que más les preocupan "son los que están debajo de las bombas" porque todavía no han podido salir del país. "Ya perdieron la posibilidad de ir a la escuela y de ver a sus amigos, pero ahora pueden perder la vida o la de sus familiares", ha subrayado. En esta línea, recuerda que pasar por una situación de este tipo "produce un trauma que exige un esfuerzo de atención psicosocial muy importante".
El cooperante ha contado también que el entorno adonde llegan los refugiados es agradable: "Hay una disposición muy acogedora en los países fronterizos", pero le preocupa el tiempo que pueda prolongarse el conflicto y por tanto "la carga de trabajo", y también el impacto en las sociedades que los reciben.
Por otro lado, ha indicado que "es creciente" el número de niños que llegan no acompañados. "La policía detiene a los padres y hermanos mayores en la frontera, no los deja salir, por lo que los niños cruzan solos", ha contado. Sin embargo, ha reconocido que no hay un dispositivo todavía preparado para los menores no acompañados.