Los bombos y las bolas aguardan ya en el interior del recinto.
Desde hace dos semanas ya hay gente a sus puertas para entrar los primeros este domingo y ver de cerca a los niños de San Ildefonso.
Los bombos de la Lotería de Navidad están a punto de sonar en el Teatro Real de Madrid. Desde hace dos semanas ya hay gente a sus puertas para entrar los primeros este domingo y ver de cerca a los niños de San Ildefonso cantar el Gordo, pero antes de que llegue ese esperado momento hay que cumplir todo un ritual.
El recinto se cerrará a cal y canto a última hora de la tarde de este sábado, después de hacer el último examen y recuento de las 100.000 bolas, de los números del 00.000 al 99.999, y de las 1.807 bolas de otros tantos premios que llenarán de ilusión multitud de hogares.
Desde antes de las nueve de la mañana de este domingo 22 de diciembre millones de personas de todo el país seguirán el soniquete de los niños de San Ildefonso, un canturreo que se torna más alto cuando salen los premios principales. El sorteo, toda una tradición en vísperas de Navidad, reparte este año 2.702 millones de euros en premios entre los 193 millones de décimos emitidos, 193 series de 100.000 billetes.
A partir de las ocho de la mañana, de forma ordenada, el público accederá al Teatro Real. Los periodistas lo harán a las siete menos cuarto para poder describir el ambiente en la cola de entrada.
Alrededor de las ocho y media se conformará la mesa que preside y autoriza el comienzo del sorteo. Los asistentes que quieran podrán comprobar las bolas, previa petición y autorización del presidente, y luego serán transportadas mecánicamente en la tolva, donde habrán sido depositadas previamente, hasta el bombo. Esta operación se efectuará tanto con las bolas de números como con las de premios, y después los bombos serán cerrados y, a una señal del presidente, se voltearán simultáneamente.
Pasadas las nueve de la mañana, comenzará el sorteo. Las niñas y niños de San Ildefonso extraerán las bolas de los bombos de números y premios, las cantarán y las introducirán en los clásicos alambres. Se agruparán en una tabla hasta contener doscientas bolas de cada clase.
El sorteo finalizará cuando en el bombo de premios no quede ninguna bola.