Dos organizaciones humanitarias ofrecen a los migrantes una taller de natación que también les sirve para superar el trauma de la angustiosa experiencia que vivieron para llegar a Canarias.
Sobrevivir a una travesía en cayuco en aguas del Atlántico es una heroicidad. Después de trece días de un viaje angustioso desde Gambia, Janko llegó a la isla canaria de El Hierro.
"Vi a muchas personas muertas, incluidos dos amigos míos. Es lo habitual a bordo", nos cuenta Janko.
Un trauma difícil de superar al que intentan poner remedio las Ongs Proemaid y Accem. Desde hace dos años, realizan en Tenerife este taller en el que participa Janko. Aquí, junto con otros jóvenes migrantes, aprenden a nadar pero, sobre todo, a reconciliarse con el mar que, para ellos, es sinónimo de muerte.
Francisco Navarro, uno de los responsables de Accem en Canarias, explica la importancia de esta actividad para “reconducir el miedo” que estas personas migrantes han podido desarrollar hacia el mar por la experiencia traumática que han vivido.