El Granada, que termina con nueve, cae en La Romareda
Los granadinos ofrecieron una doble cara.
El golpe inicial le costó mucho tiempo asimilarlo a los hombres de Fran Escribá
Un doblete de Iván Azón permitió al Real Zaragoza romper su negativa racha de tres derrotas consecutivas en La Romareda y frenar en seco la sangría ante un Granada que tardó demasiado en digerir el gol maño en la primera acción del partido.
Los granadinos ofrecieron una doble cara con un juego sin apenas ideas, aunque en las escasas ocasiones en las que se acercaron a la portería local lo hicieron con peligro.
Prácticamente sin tiempo para ubicarse sobre el terreno de juego, Iván Azón, a los 35 segundos de partido, adelantó a su equipo dejando claro que esta temporada la pegada no es uno de los problemas acuciantes del equipo aragonés.
El golpe inicial le costó mucho tiempo asimilarlo a los hombres de Fran Escribá, que no terminaban de encontrar la manera de acercarse al área de Poussin, mientras que cada acción de Azón se convertía en peligro para el territorio de Mariño.
Los blanquillos manejaban el juego sin ningún problema ante un conjunto nazarí que no hallaba ninguna vía para inquietar a su rival.
Hasta el minuto 27 tuvieron que esperar los granadinos para crear peligro en una acción individual de Tsitaishvili, que firmó un pase de la muerte que Sergio Ruiz, viniendo desde atrás y con todo a su favor, remató alto.
Posicionalmente, el equipo aragonés le ganó la partida a su adversario, pero le costó volver a crear peligro ante la portería de Mariño. Solo lo logró con disparos desde fuera del área a cargo de Francho y Calero, pero sin fortuna.
Aunque cambió algo la decoración tras el paso por el vestuario, al Granada siguió teniendo muchos problemas para tratar de tú a tú a los blanquillos.
Un acelerón por la banda izquierda del canterano Liso, que mandó un balón al área pequeña que se envenenó al tocar un defensor granadino y que cabeceó con mucha intención Bazdar, terminó con un remate al fondo de las mallas del hombre más incisivo de los zaragocistas: Iván Azón.
El nuevo golpe de Azón apagó a los, en esta ocasión, verdiblancos, que no eran capaces de elaborar acciones que pudiesen crear alguna inquietud en los maños.
Fran Escribá, con dos dobles cambios, agotó sus opciones tratando de darle la vuelta al marcador. El Granada apenas llegaba con peligro, pero un buen centro de Rubén Sánchez desde el extremo derecho llegó a Uzumi, que controló, se situó y mandó el balón lejos del alcance del portero local.
El rifirrafe tras el gol entre el portero Poussin y el delantero visitante Jozwiak se saldó con la expulsión del polaco. Acortar distancias para los granadinos fue agridulce.
Todo lo que no habían hecho en los 84 minutos anteriores, trataron de enmendarlo en los siguientes. Con uno menos se lanzaron a la desesperada y Boyé dispuso de una buena ocasión con un remate de cabeza, pero no la provechó.
La expulsión de Rubén Sánchez terminó por desinflar por completo a los granadinos, aunque Víctor Fernández ya había buscado fortalecer su línea defensiva con la entrada de Jair.
