Rafa Nadal y Carolina Marín, dos vidas paralelas en el olimpo del deporte

Una de los pocos asuntos sobre los que existe unanimidad en este país es sobre quién es el mejor deportista español de todos los tiempos, Rafa Nadal, que tiene muchas similitudes, muchas, con la número 1 del deporte andaluz, Carolina Marín. Ambos, con una raqueta en la mano. Casi podemos hablar de vidas paralelas.

Plutarco publicó hace 19 siglos sus Vidas Paralelas. La más famoso la de Alejandro Magno y Julio César. En sus 25 obras no había ni una mujer, ni siquiera Cleopatra, contemporánea del emperador romano.

Nosotros si incluimos a la mejor deportista española de todos los tiempos, Carolina Marín. Nadie en la historia del bádminton presenta su palmarés: un oro olímpico, tres mundiales y cuatro europeos. A Carolina lo que de verdad le gustaba era bailar flamenco, pero a los 12 años se decidió por el bádminton. Y dos años más tarde dejó a su familia en Huelva y se fue a Madrid para trabajar con Fernando Ribas, un exigente entrenador. Zurda y en un deporte de raqueta, admira por encima de todos al mejor zurdo de la historia del tenis Mundial: Rafa Nadal.

12 años también tenía el mallorquín cuando su padre le obligó a elegir entre el fútbol o el tenis. Dos años después sus padres se trasladaron a Barcelona, y él se quedó en Mallorca con su meticuloso entrenador, su tío Toni Nadal. En ese año 2000 Nadal fue el abanderado de la primera Copa Davis ganado por España. 

Él ha contribuido a ganar cinco más, con una exhibición con solo 18 años ante Estados Unidos. Pero no solo los éxitos, a ambos las lesiones han estado a punto de evitar llegar a los más alto de su deporte. 

Duros y largos períodos de rehabilitación para que Carolina Marín vuelva a acabar 2020 en lo más alto del ranking mundial y aspirar al oro en Tokio y al cuarto mundial en Huelva. Y también para que Rafa Nadal haya logrado lo que nadie ganar 13 veces Roland Garros, uno de los 20 Grand Slam que suma en su carrera, solo igualado por Federer.