Guerra en Oriente Próximo
Guerra en Oriente Próximo

Primeros combates entre Israel y Hizbulá tras la invasión israelí del sur de Líbano

El gobierno de Netanyahu asegura que ha tomado la decisión para evitar un ataque similar al de Hamás del 7 de octubre del año pasado.

Israel pide a los residentes de varios pueblos del sur de Líbano evacuar sus hogares.

Hizbulá lanza una andanada de cohetes contra una sede del Mosad cerca de Tel Aviv.



CANAL SUR MEDIA 1 octubre 2024

Este 1 de octubre, 18 años después de retirarse de Líbano, Israel ha iniciado lo que llama una "incursión terrestre limitada, localizada y selectiva” dirigida contra objetivos del grupo chií libanés Hizbulá en la zona fronteriza. 

Tras las primeras horas de invasión, ya se han registrado los primeros combates entre tropas israelíes y efectivos de Hizbulá.

El ejército israelí ha pedido a los residentes de numerosos pueblos del sur de Líbano evacuar sus hogares de manera inmediata. "Cualquiera que esté cerca de miembros, instalaciones y medios de combate de Hizbulá pone su vida en peligro. Se espera que cualquier casa utilizada por Hizbulá para sus necesidades militares sea un objetivo", aseguró el portavoz en árabe del ejército, Avichay Adraee.

De madrugada, y tras obtener el visto bueno del gobierno, el ejército israelí comenzó la anunciada incursión terrestre en el sur del país vecino, que ha ido acompañada de fuego aéreo y de artillería. Las bombas han caído también sobre el suburbio sur de Beirut, la capital libanesa; y en el gran campo de refugiados palestinos cercano a la ciudad libanesa de Sidón, donde han resultado muertas seis personas, entre ellas tres niños.

Israel sostiene que su decisión de invadir el sur de Líbano obedece a los planes de Hizbulá de lanzar un ataque similar al que lanzó desde Gaza el grupo palestino Hamás el 7 de octubre del año pasado. "Hizbulá ha convertido los pueblos libaneses cercanos a comunidades israelíes en bases militares, preparadas para un ataque contra Israel", dijo en un mensaje en vídeo el principal portavoz castrense, el contralmirante Daniel Hagari. El portavoz aseguró que las incursiones israelíes, que definió como "limitadas", van dirigidas contra estas localidades junto a la frontera, y reiteró que su ofensiva es contra Hizbulá, no contra el pueblo libanés.

Horas después del inicio de la incursión terrestre, las sirenas se escuchaban en Tel Aviv. Hizbulá lanzaba una ráfaga de proyectiles de tipo 'Fadi-4' contra una base de la Inteligencia de Israel y contra una sede del Mosad a las afueras de Tel Aviv, en una acción que por primera vez incluye este tipo de proyectiles de largo alcance. Esta es la primera vez que el movimiento armado y político utiliza los 'Fadi-4', que tienen un mayor alcance y aún más carga explosiva que los modelos anteriores. 

Pese a su debilidad, tras el asesinato de su líder, la milicia asegura que, al igual que hizo en 2006, esta vez también logrará vencer a Israel.

Mientras tanto, la comunidad internacional contiene la respiración ante este aumento de la tensión en Oriente Próximo. Se multiplican las voces que piden un alto el fuego a la espera de lo que haga Irán, que sigue guardando silencio.

Estados Unidos, que conocía los planes de Netanyahu, presiona para que el alcance de la operación sea limitado y no se convierta en una ocupación prolongada. Por ahora Israel asegura que esa es su intención: incursiones muy limitadas, cercanas a la frontera y destinadas a evitar que Hizbulá organice ataques contra suelo israelí como el del grupo palestino Hamás de hace un año.

Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó este martes que el país mediterráneo "se enfrenta a una de las etapas más peligrosas de su historia", marcada por el estallido de la violencia y el inicio esta madrugada de la ofensiva terrestre de las tropas de Israel.

El mandatario libanés hizo esta afirmación tras reunirse con responsables de Naciones Unidas, embajadores de países donantes y otros altos cargos de su Gobierno, a quienes recordó que la campaña militar de Israel en diferentes puntos del Líbano ha dejado ya alrededor de un millón de desplazados. Asimismo, indicó que las autoridades libanesas están "trabajando diligentemente" con otras instituciones, incluida la ONU, para satisfacer las necesidades básicas de los desplazados, que se encuentran abarrotados en cientos de refugios repartidos por las zonas consideradas seguras del país.

Naciones Unidas ha solicitado con urgencia a la comunidad internacional 426 millones de dólares para atender la crisis humanitaria en Líbano, ante la escalada de las tensiones entre Israel y Hizbulá en las dos últimas semanas. El llamamiento busca ayudar en los próximos tres meses a más de un millón de personas que, según calcula Naciones Unidas, se han visto afectadas por el conflicto. 

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