Radiografía de nuestra alimentación: productos menos sanos, pero más seguros

Nuestros hábitos de alimentación han cambiado en los últimos años. Hemos introducido en nuestra dieta productos más fáciles de preparar y esto, lógicamente, afecta en mayor o menor grado a nuestra salud. Además, es tal la cantidad de información que recibimos y también los bulos que hay un sector defensor a ultranza de la comida saludable, a veces, de forma exagerada.

Ha cambiado también nuestra forma de comprar, de acudir a tiendas y supermercados. De la tienda de barrio hemos pasado mayoritariamente a los super e hipermercados.

Miguel Angel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, autor de libros como 'Que no te líen con la comida' o 'Del ultramarinos al hipermercado', y creador del blog Gominolas de Petróleo, ha analizado todos estos factores en Días D Andalucía con Carmen Rodríguez. "En la cesta de la compra de hace cuatro décadas había muchos alimentos frescos y ahora muchos elaborados. Además antes no se compraban marcas blancas y ahora el 50% de lo que compramos lo son. Antes comprábamos mucho en tiendas de barrio y ahora en supermercados", ha indicado.

Lurueña, sin querer dramatizar, ha admitido que "comemos más productos insanos, pero mejores en otros aspectos porque son más seguros, se conservan más tiempo y también son más jugosos". Se tira mucho de productos elaborados porque "tenemos menos habilidades en la cocina y disponemos de menos tiempo que preferimos dedicar a otra cosa". Pero para no demonizarlos ha indicado que entre ellos "hay opciones saludables como las ensaladas en bolsas o las legumbres en conservas". En cuanto a la comida ya preparada con la proliferación de tiendas de este tipo, ha advertido que "podemos elegir los platos, pero no los ingredientes y por ejemplo un buen guiso puede tener demasiada sal".

En definitiva, este experto lo que ha tratado de transmitir es que la dieta tiene que ser sana "en todos los aspectos" y ahí ha sacado a relucir los "problemas psicológicos" que a mucha gente le genera "culpabilizarse por comer una hamburguesa o tomar un refresco".

En cuanto a las redes sociales ha alertado de cosas como que "se alaban alimentos diciendo que hay frutas que curan el cáncer o se mete miedo con comer carne, pescado o huevos". Y le preocupa especialmente puesto que "antes eran mensajes burdos, pero ahora es difícil distinguir si son reales o no porque a veces vienen de medios que se suponen serios".