Su devoción se extiende por toda Andalucía y está relacionada popularmente con la petición de trabajo y dinero.
Y estos días son muchos los que también le piden de cara al sorteo de la Lotería de Navidad.
Que nos toque el Gordo de la Lotería de Navidad es un deseo compartido por muchas personas en estos días. Por ello son muchas las personas que se acuerdan especialmente de San Pancracio, el santo del dinero y del trabajo. A él le ofrecen perejil, algo de pan o monedas. Y por eso a lugares como el Convento de Santa María de Jesús, en Sevilla, acuden estos días a pedirle suerte.
La devoción a San Pancracio se mueve entre la tradición y la superstición. Es una devoción que viene de antiguo. Se conoce en toda Andalucía y está relacionada popularmente con la petición de trabajo y dinero. Y estos días son muchos los que también le piden de cara al sorteo de la Lotería de Navidad.
San Pancracio es uno de los santos mártires de la iglesia católica. Fue decapitado siendo un adolescente, en el año 304, por no renegar de su conversión al cristianismo. Por ello se le representa joven y con túnica romana. Pero que con tan trágica existencia sea el patrón del trabajo, de la fortuna y hasta de los juegos de azar puede ser más difícil de entender.
Para la fe popular es un santo imprescindible. En romerías como la de Herrera (Sevilla) o Valverde del Camino (Huelva), en iglesias y conventos, rodeado de obras de arte de Juan de Mesa o de la Roldana, en azulejos o, sobre todo, en los domicilios y comercios.
La imagen de San Pancracio es habitual en muchas casas, donde le colocan perejil para ayudar cuando el trabajo y el dinero escasean. En otros lugares le ponen pan, o una moneda en la mano. Y estos días, especialmente, hay quien le pasa el décimo de lotería para atraer la suerte. De hecho, el Gordo de la lotería de 1982 cayó en Madrid en la administración San Pancracio y desató la locura.