Sin duda, un descubrimiento que refuerza la importancia de comprender la inteligencia de las especies no humanas y que sugiere que estas capacidades no son exclusivas de los vertebrados de gran tamaño cerebral. En concreto, los animales que consiguieron esta proeza fueron las sepias. Durante la prueba, cuyos resultados han sido publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B, los investigadores ofrecieron dos opciones de recompensa: una inmediata, pero menos atractiva, y otra más apetecible que requería esperar un tiempo específico. El resultado demostró que este animal no solo tolera la espera, sino que también toma decisiones que optimizan la calidad de su recompensa. Los científicos emplearon un sistema en el que los cefalópodos debían reconocer símbolos asociados a las recompensas. Estos indicadores incluían opciones de acceso inmediato, diferido o inaccesible. La capacidad del animal para elegir consistentemente la opción más favorable reveló un nivel de control cognitivo que, según los expertos, podría estar relacionado con la presión evolutiva de su entorno marino.