Un millón ochocientos mil alumnos vuelven a clase en un curso que se plantea distinto por la vacunación y por mayores opciones de estudio.
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Después de dejar atrás el año escolar más complicado, Septiembre nos ha traído el tercer curso de la pandemia, el de la transición hacia la normalidad. La mascarillas y las distancias seguirán siendo una constante para un millón ochocientos mil alumnos, aunque casi el 90 por ciento de los mayores de 12 años ya estén vacunados. El año lectivo trae cosas nuevas: mayor apoyo a la FP, Bachillerato Internacional en todas las provincias, y una experiencia piloto para alumnos de conservatorio. Lo más esperado, el nuevo reto de la era covid: llevar la vacunación a los niños lo antes posible. Las aulas se han llenado de vida y ya está en marcha el primer trimestre.
Han cambiado los juegos de verano por los madrugones y las mochilas, una vuelta a la disciplina marcada por un virus que ahora los tiene en el punto de mira. En el colegio Malala de Mairena del Aljarafe, en Sevilla, como en todos, el protocolo covid sigue vigente, como hemos comprobado en Los Reporteros.
Ya está demostrado que la vacuna es efectiva en niños menores de 12 años, el grupo de edad que, al no estar inmunizado aún, lidera los contagios. Ahora, los grupos de convivencia se amplían y al aire libre ya se pueden juntar varias clases , por ejemplo a la hora del desayuno. Este año por primera vez, el cole prepara su propia comida, por lo que las solicitudes se han desbordado. Hay que organizar turnos para dar cabida a más del doble de las plazas previstas.
Biblioteca, comedor, o sala de vacunación, porque las aulas van cambiando en función de las necesidades, y podrían ser también el sitio donde los menores de 12 años reciban su vacuna, una vez que la Agencia del medicamento apruebe su administración en este grupo de edad. Sería la forma más cómoda de inmunizar a los niños, pensando también en los padres deseosos de retomar la normalidad a tiempo completo.
Quizás el día de mañana, las vacunas sean objeto de investigación de estos chicos a los que visitamos en el Instituto Martínez Montañés. Hoy por hoy, están en clase de Química. Estudian Bachillerato Internacional, que busca una formación integral basada en tres premisas: pensamiento crítico, mentalidad abierta y capacidad para investigar.
El bachillerato internacional hasta ahora sólo se podía estudiar en el Instituto Martínez Montañés de Sevilla, y este año ya ha llegado a todas las provincias andaluzas, para aquellos que no se conforman con los libros.
Este otro centro es uno de los 561 centros públicos que imparten enseñanzas de Formación Profesional, donde hoy los alumnos de segundo hacen sus prácticas en el grado de Hostelería y Turismo. Dentro de muy poco tendrán ya su primera experiencia real como Guías o gestores de alojamientos turísticos. La oferta de FP supera las 150.000 plazas, 16.000 más que el curso anterior, el 87 % en centros públicos.
Hasta hace poco, en España sólo se matriculaba en FP un 12 por ciento de estudiantes, frente a una media europea del 26. Pero en los últimos cinco años ha habido un clarísimo ascenso, y este año es determinante . Los datos juegan a favor: las ofertas de empleo crecen para este colectivo en detrimento de los universitarios. Hay 240 nuevos ciclos formativos y 7.200 empresas colaboradoras
Y para respaldar ese despegue de la FP, habrá una nueva normativa estatal que nace con el empujón económico de Europa para promocionar un sistema más especializado y conectado a la empresa. El objetivo es bajar esa cifra de casi un 40 por ciento de paro juvenil.
Los chicos a los que pillamos en clase serán el año que viene profesionales de la danza, ahora cursan 5º de clásica, una pasión que les obliga a tener clases por la mañana y por la tarde, para poder compatibilizar conservatorio y bachiller en un esfuerzo titánico. Miguel Ángel, además, estudia piano. Cada día es para él una jornada maratoniana.
Muchos estudiantes abandonan sus enseñanzas artísticas por el gran esfuerzo que suponen. Para facilitar la vida a alumnos como Miguel Ángel, la consejería de Educación pone este año en marcha, como experiencia piloto lo que llaman "unidades integradas". La implantación será progresiva desde primer curso de la ESO y para no perder tiempo en desplazamientos, instituto y conservatorio deben ser edificios cercanos o anexos. Cuatro conservatorios andaluces ponen a prueba esta experiencia piloto.