Carlos García, un apasionado cazador de 96 años, advierte que lo más importante de la modalidad es el trabajo previo hecho con el pájaro para que sea bueno.
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Es auténtica Historia viva de la evolución de la caza. El jienense Carlos García a sus 96 años, posiblemente sea el cazador en activo de mayor edad de nuestro país. Esos años no le han hecho perder la afición ni ha cambiado su manera de entender esta forma de cazar. Atiende personalmente a sus perdices, que procura sacar al campo con frecuencia. Cuanto más, mejor reclamo será, explica, porque considera que el disparo es solo la ejecución final del trabajo importante que es el que se realiza con el pájaro.
Con este veterano recordamos, por ejemplo, que antiguamente no se derrochaba utilizando cartuchos nuevos siempre, sino que se rellenaban varias veces. Los puestos portátiles tampoco existían. Eran de monte o piedra y recurrían a cazar en los mismos sitios cada temporada.