Reivindicamos el uso de una prenda que data de la época del reinado de Isabel II y que antiguamente sólo lucían las chicas jóvenes solteras, ya que con ese color se simbolizaba la pureza de la mujer. Hoy en día su uso ha sido generalizado para lucirlas en diversos actos y ceremonias.
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Te mostramos una imagen muy bonita y tradicional como es la de la mantilla, pero con un matiz: en este caso es blanca, en lugar de la clásica negra.
Si la mantilla es el emblema de la máxima expresión a la hora de vestirse, del respeto, de la gala en la historia del vestuario femenino español. Aquí pasamos de la mantilla negra a la mantilla blanca, que se convierte en una pieza única ceremonial.
La mantilla blanca o de color marfil es una prenda que por su forma puede ser triangular o de toalla, y por sus encajes destaca la de punto de aguja, que es de una calidad excepcional.
Actualmente el protocolo indica que se pueden utilizar en determinadas celebraciones, como por ejemplo una boda, aunque por tradición se utilizaba en eventos taurinos, en la exhibición de enganches o en la Feria de Abril si se iba por la mañana.
Lo que se pretende ahora es reivindicar el uso de una prenda tan bonita y tan favorecedora que data de la época del reinado de Isabel II y que antiguamente sólo podían lucir las chicas jóvenes solteras, porque lo que se pretendía es que con este color se simbolizara la pureza de la mujer. Aunque hoy en día su uso ha sido generalizado para lucirlas en diversos actos y ceremonias.
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