La patata por fin es rentable en Andalucía

La campaña de la patata en Andalucía está a punto de terminar, le queda pocas semanas. Los agricultores están satisfechos, han conseguido buenos precios y buenas calidad aunque también han tenido que sortear los problemas que les han dejado las lluvias de primavera.

Bajo un sol de justicia, la actividad es frenética en la Colonia de la Algaida de Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz. Estamos en plena recolección de patatas. Ismael y Juan Carlos, dos de los cuatro hermanos que gestionan la explotación familiar, ya llevan horas recogiendo codo con codo con sus trabajadores. Los cultivos de esta zona de Andalucía son apreciados en toda España por su calidad. Contrariamente a lo que se podría pensar, la proximidad del mar, el tipo de tierra y la salinidad aportan a todo lo que se siembra un sabor especial.

Esta campaña pese a que una parte de la cosecha se ha perdido por enfermedades como el mildiu, los precios acompañan. El viaje de la patata empieza del campo a la cooperativa, donde una parte se subasta allí directamente y otra se prepara para la venta nacional e internacional.

Para los productores, tenemos un país que nos está haciendo una competencia muy dura. El problema de estos productos importados de terceros países es que con frecuencia no llegan frescos, no cumplen los protocolos de seguridad alimentaria de la Unión Europea y no tienen la misma legislación laboral, por lo que pueden abaratar los costes y competir sin rival en el tema precios. Los agricultores consideran una injusticia que no haya un control de productos fitosanitarios en las frutas y hortalizas que importamos.