El convento que la congregación tiene en la capital granadina se ha convertido en primero en elaborar y vender este tipo de cocina asiática
La falta de ventas en verano les ha hecho agudizar el ingenio y aprovechar los conocimientos culinarios de las hermanas filipinas que viven en la comunidad
En la fachada del convento ya se puede ver la carta con las exquisiteces japonesas. Los dulces de navidad tradicionales se mantienen pero la oferta se ha ampliado. Intramuros encontramos una cocina tradicional oriental, pero la chef de sushi no luce en la cabeza el tradicional hachimaki, sino su hábito de monja. ¿Qué ha ocurrido? La respuesta es sencilla.
Este verano las ventas de pastas, licores y mermeladas bajaron tanto que las hermanas reunidas en claustro decidieron aceptar la propuesta de las monjas de origen filipino.
Dicho y hecho, ya se pueden degustar, varios tipos de sushi, guyozas, y hasta una veintena de platos orientales que esperan tener éxito entre los muchos amantes de este tipo gastronomía. Eso si a partir del próximo lunes volverán los dulces navideños, las pastas, mermeladas y licores para la campaña de navidad.