La Blanca Paloma se pasea entre los miles de romeros que abarrotan la aldea almonteña y visitará a sus 127 hermandades filiales
Los almonteños han saltado la reja a las 2:56 horas, instante en el que el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte ha cruzado la Concha Peregrina que hace de pórtico del Santuario de la Virgen del Rocío, procedente del rezo del Santo Rosario, dando comienzo la procesión de la imagen. Instantes después el hermano mayor de la Matriz, Sebastián Suárez, portador de esta insignia, se ha situado cara a cara ante la imagen, y en ese momento, las personas que ya se encontraban entorno al paso, han procedido a bajarla del presbiterio para alcanzar la nave central de la ermita entre el sonido de las campanas de la ermita y continuados vítores y palmas.
El 'salto' ha tenido lugar tan sólo dos minutos más tarde que el año pasado -2:55- y apenas cinco minutos después a hombros de los almonteños y con el sonido de las campanas de la espadaña de la ermita, la Virgen ha alcanzado la altura del pórtico del Santuario para salir a una explanada frontal en la que la esperaban miles de fieles.
Tras salir de la ermita, se ha dirigido, como es tradicional, a su lateral izquierdo, el de la marisma, para empezar a visitar a sus 127 hermandades filiales -la primera de ellas la de Huévar del Aljarafe (Sevilla)- en un paseo en el que cada una de ellas le rezará la 'Salve' y que concluirá, como ha ocurrido con la salida, cuando decidan los almonteños.
Para la ocasión, la Blanca Paloma y el niño -el 'Pastorcito'- visten el histórico ajuar conocido como "de los Montpensier". Su autoría es anónima y está datado anterior al 1919, situándolo a finales del siglo XIX. Fue restaurado el pasado año, en el departamento de textil del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y lo ha lucido en ocasiones tan especiales como su Coronación Canónica, la visita del Papa San Juan Pablo II o la de los Reyes de España, Felipe y Letizia.
El exorno floral son ramilletes de flores preservadas, compuesto principalmente por rosas rojas, salpicadas con briza máxima, tintadas en tonos azules.