Eder Mallo Fernández, árbitro del Nàstic-Málaga, que se saldó con el ascenso a Segunda del conjunto andaluz tras un gol en el minuto 124 que supuso el empate (2-2), denunció en el acta amenazas de muerte y una agresión del jugador del equipo catalán David Concha Salas a uno de sus asistentes.
El Málaga CF logró el ascenso a la LaLiga Hypermotion tras empatar (2-2) con el Nàstic en la vuelta de la final de ascenso, con un gol de Antonio Cordero en el tiempo añadido de la prórroga que hizo bueno el triunfo por 2-1 logrado en La Rosaleda. Tras el gol se desencadenaron una serie de acontecimientos que el colegiado pasó a relatar en el acta del encuentro.
"Una vez nos encontramos en vestuarios, pudiendo acceder a ellos gracias a la ayuda de la fuerza pública, se producen multitud de incidentes en la puerta de nuestro vestuario", reza el acta del colegiado, que pasa a resumir algunas de las actitudes en su escrito.
"Golpean con agresividad nuestra puerta en hasta 24 ocasiones y se dirigen hacia nosotros abriendo la puerta y gritándonos, entre lo que identificamos lo siguiente: "vais a morir", "sinvergüenzas", "tu hijo va a morir", "ojalá os matéis", "hijos de puta", "que muera vuestra puta familia", "cobardes hijos de puta (con amenazas de "dar la cara hijos de puta que os vais a enterar" en hasta 25 ocasiones)", "no tienes huevos", "tu puta madre" y "te voy a recibir hasta el final, si tienes huevos baja (en 4 ocasiones)".
El colegiado subraya que llegaron a temer por su "integridad física, al ver cómo abrían la puerta" y les increpaban mientras que la seguridad del estadio presente les indicó que era "imposible retirar y controlar a esta gente puesto que, según nos dicen, son varios directivos y propietarios del club".
En el acta también se expone la reacción del jugador del Nàstic David Concha, que intentó agredir con una botella de agua a uno de sus asistentes. "En el minuto 120 el jugador (23) Concha Salas, David fue expulsado por el siguiente motivo: Por salir del área técnica gritando y gesticulando, protestando una de mis decisiones. Dirigiéndose a mi asistente número 1 en los siguientes términos: "Sois unos sinvergüenzas, hijos de puta". Negándose a retirarse a vestuarios. Previamente, le lanza el agua de una botella de 33cl vaciándola sobre su cuerpo", expone el colegiado en el acta.
Tras esos incidentes, el árbitro tuvo que ser escoltado por la policía hasta su hotel y el club se expone a durísimas sanciones disciplinarias.