El pintor realista inaugura una muestra con grandes lienzos de paisajes urbanos en los que está trabajando. La exposición forma parte de la programación de la Semana de la Arquitectura.
“Arquitecturas en proceso” es el título de la exposición del pintor realista Antonio López que se ha inaugurado este lunes en el Colegio de Arquitectos de Sevilla.
La muestra, que reúne dos lienzos de grandes dimensiones dedicados a la ciudad de Sevilla y otro a la de Madrid, podrá visitarse hasta el 17 de noviembre y se incluye en la programación de la XXII Semana de la Arquitectura de Sevilla.
La exposición reúne estas obras inacabadas de Antonio López en las que el pintor seguirá trabajando ya en su estudio madrileño.
El pintor, que ha asegurado que estos lienzos "han sufrido mucho" y han padecido deterioros desde que los comenzó, ha prometido que continuará con ellos y ha recordado con humor cómo fue la peripecia de subir los lienzos hasta lo alto de la torre de un pabellón de la Expo 92 desde la cual la ciudad de Sevilla le sirvió de modelo.
El pintor ha lamentado que haya poca pintura de ciudades en la historia de la pintura española, hasta el punto de que para saber cómo era la vida española a través de la historia haya que recurrir a la literatura antes que a la pintura.
Los organizadores de la muestra han valorado la decisión del pintor de permitir que su obra se muestre públicamente antes de concluir y ofrezca la oportunidad de aproximarse a los procedimientos y planteamientos del artista.
En diciembre de 2022, la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y la Real Academia Santa Isabel de Hungría invitaron al artista a participar como conferenciante en un ciclo sobre dibujo y al hilo de aquella visita a la ciudad surgió una propuesta de exponer las obras de tema urbano que inició en 2015.
La exposición se proyectó, inicialmente, con la muestra de los dos cuadros de gran formato, aún en proceso, que Antonio López inició en 2012 desde la Torre de Schindler, que diseñó el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra para el Pabellón de la Navegación de la Exposición Universal de 1992. A estas dos obras se ha sumado una tercera que representa un paisaje de Madrid con puntos de vistas semejantes, también en proceso.
En cada una de sus obras se puede percibir la desnudez del proceso creativo, la profusión de recursos plásticos y la destreza de sus pinceles.