El investigador del CSIC Francisco Cabrera, tras 25 años del desastre de Boliden: "Estamos muy contentos de la situación"
Este químico que ha trabajado en la recuperación del espacio natural, subraya, no obstante, que la contaminación va a persistir y se ha hallado toxicidad en los animales analizados en la zona, si bien no se han hecho estudios en humanos.
25 años después del desastre de Bolidén, los terrenos afectados siguen contaminados, aunque se ha conseguido estabilizar la zona gracias a la vegetación.
Es la paradoja de la que ha hablado en La mañana de Andalucía, Francisco Cabrera, investigador del CSIC que durante todo este tiempo ha estado analizando la zona afectada. Cabrera ha recordado que la contaminación de la zona es permanente, pero gracias a la vegetación se ha conseguido estabilizar el área afectada.
"Hemos cubierto la zona con vegetación, pero la contaminación va a persistir siempre, eso lo tenemos claro y de hecho hay zonas que al cabo del tiempo siguen sin vegetación, calvas, porque no son compatibles con la creación de vegetación y en sitios donde la limpieza fue difícil también hay grandes concentraciones de elementos traza -aquellos elementos que presenta toxicidad-".
Cabrera ha utilizado un símil sanitario, al señalar que la ribera del Guadiamar es como un enfermo crónico estabilizado, al que no habría que tocar demasiado. Aún así, ha recordado que los animales que aparecen en la zona, como algunos caballos o fauna como los caracoles, han dado positivo en residuos de metales. "Hemos hecho estudios en caballos que comen hierba y con ello tierra y hemos encontrado cadmio en el pelo. También estudios en caracoles que coge la gente y pasa lo mismo porque se nutren de las plantas y lo concentran", ha señalado. Este experto, no obstante, confirma que "no ha habido estudios en la población".
Por último, Francisco Cabrera, 25 años después y tras los trabajos de recuperación en los que ha admitido que ha habido mucha gente implicada, asegura que "estamos muy contentos de la situación a la que hemos llegado y nos han felicitado por la recuperación del Guadiamar". Y es que la situación era tal que ha sido muy gráfico al apuntar que "hubiera sido preferible el vertido del Prestige en el Guadiamar porque es materia orgánica que se mineraliza, algo que no ocurre con los metales".
Hay que recordar que fue la madrugada del 25 de abril de 1998 cuando se produjo el hasta ahora mayor desastre medioambiental de España. La balsa de residuos de la multinacional sueca Boliden en la mina de Aznalcóllar se rompió y se liberaron al Guadiamar 5,5 millones de metros cúbicos de lodos y 1,5 millones de litros de aguas ácidas (con un alto contenido en metales pesados y otros elementos tóxicos, incluyendo residuos depositados ilegalmente en la balsa durante años procedentes del polo químico de Huelva), envenenando la llanura de inundación del río Guadiamar en más de 60 kilómetros y llegando al Espacio Natural de Doñana.
