La escritora nos presenta en Despierta Andalucía su último libro, "El niño que perdió la guerra".
El protagonista de ‘El niño que perdió la guerra’ es Pablo, un niño que es enviado por sus padres a la Unión Soviética para evitarle los estragos de la Guerra Civil española.
"Lo que persigo cuando escribo un libro es no dejar indiferente al lector".
"El niño que perdió la guerra" es el título del último libro de Julia Navarro. Para hablarnos de él, la escritora madrileña nos acompaña en el plató de Despierta Andalucía.
"Cada vez que escribo un libro es como si fuera el primero, no sé lo que va a pasar, tengo vértigo cuando llega a las librerías, porque tengo respeto a los lectores y no doy nada por hecho", asegura la autora de best seller, es decir, de libros mejor vendidos, una etiqueta bajo la no se reconoce, según nos cuenta.
El libro aborda las ideologías totalitarias del siglo XX, fascismo y comunismo, a través del personaje de Pablo, un niño que es enviado por sus padres a la Unión Soviética para sacarlo del horror de la Guerra Civil española.
Explica Navarro que tuvo oportunidad de conocer a dos de esos "niños de la guerra", que nunca pudieron volver a España con sus familias y que siempre sufrieron el desarraigo.
"En el fondo era un acto de amor hacia esos hijos, para evitarles los estragos de la guerra, y lo que nunca podían imaginar es que sus hijos no iban al volver", dado el enfrentamiento político entre la Unión Soviética y el régimen de Franco.
"Lo que persigo cuando escribo un libro es no dejar indiferente al lector y que haya en ese libro elementos para a la reflexión", destaca Julia Navarro, que en este libro invita al lector "a reflexionar sobre las ideologías totalitarias", que en su opinión producen siempre un mismo resultado: "cercenar la libertad de los ciudadanos y convertir en unas grandes cáceles los países donde hay esas dictaduras".
Sobre los motivos que la han impulsado a tratar este tema, la escritora llama la atención sobre el "auge de los neopopulismos" que vivimos en este momento. "Es una forma de reflexionar y decir '¡ojo!, que la historia siempre se termina repitiendo".
"Los niños pierden las guerras de sus padres", subraya Julia Navarro, "son unas dobles víctimas, porque pierden una guerra que ellos no han buscado, no han elegido", explica.