La Cueva de la Pileta, un templo de la prehistoria

Estamos en Benaoján, en la serranía de Ronda. Estas escaleras nos llevan al interior de la Cueva de la Pileta. Como Altamira, esta gruta abrió sus puertas al público en 1924, hace casi un siglo. Atravesar esta pequeña cavidad es iniciar un viaje en el tiempo.

Sus galerías esconden 150.000 años de historia. En sus paredes se conserva la huella de nuestros ancestros, figuras de animales y misteriosos símbolos, cuyo significado sigue siendo un enigma.

José, lleva el nombre de su abuelo, un agricultor que en 1905 descubrió la Cueva de la Pileta. Desde entonces pertenece a la familia Bullón. La pasión y el respeto por conservar esta cueva se ha transmitido de padres a hijos.

"Hay que ver cómo cambió drásticamente ese descubrimiento de la cueva para nosotros, totalmente y de hecho qué menos que trabajar en el legado que nos han dejado ellos".

Cinco generaciones. Todos han sido o son guías de la cueva. Siguen viviendo en la misma finca. El antiguo cortijo que tenía arrendado José Bullón, aunque en ruinas, todavía está en pie.

"Desde aquí se ve perfectamente el sitio donde está la puerta antigua por donde entró el abuelo... Por ahí salían y salen miles de murciélagos. Mi bisabuelo bajó por esta grieta de la montaña, que son 30 metros, buscando el excremento de los murciélagos, la murcielaguina que lo necesitaba como fertilizante Una vez que bajan los 30 metros pues encuentra una galería de más de 200 metros con restos arqueológicos, de pinturas, de utensilios, de esqueletos y se da cuenta de que es un resto arqueológico, aunque no imagina que llega a tener tanta antigüedad, tantísimo valor".

Los restos arqueológicos encontrados han demostrado la presencia en la cueva de neandertales y de homo sapiens. Con la luz de una linterna, José Tomas nos va descubriendo los secretos de una cueva que conoce como la palma de su mano.

Estos peldaños los tallaron a mano su padre, sus tíos y su abuelo. Tardaron más de tres décadas. 500 escalones que nos permiten acceder a las distintas galerías de La Pileta.

Formas de animales, cabras, uros y una de las joyas de la cueva, esta yegua preñada que se ha convertido en símbolo de la comarca de Ronda.

Es la cueva con mayor número de representaciones de arte rupestre de la península. Hay 900 documentadas y los investigadores están detectando, gracias a las nuevas tecnologías, muchos dibujos que se escapan a la visión del ojo humano.

Junto a las pinturas de animales hay otras más simbólicas o esquemáticas propias del Neolítico. Una de las peculiaridades de esta cueva es que una misma pared fue utilizada como lienzo en distintos periodos de la prehistoria. Los equipos de alta resolución del Centro de Investigación, Tecnología e Innovación de la Universidad de Sevilla permitirán al Catedrático de Prehistoria, Miguel Cortés, y a su grupo estudiar esta evolución.

Los miden, pesan, anillan y toman algunas muestras de ADN. Son biólogos del Museo Nacional de Gibraltar. Realizan un estudio en colaboración con la Estación Biológica de Doñana sobre algunas poblaciones de murciélagos en cuevas de Andalucía.

Han identificado hasta 12 especies distintas de estos pequeños mamíferos voladores, gracias a los que se descubrió la cueva.

La cueva tiene limitada las visitas a 120 personas diarias en pequeños grupos. Una gran parte, turistas extranjeros porque este yacimiento es más conocido fuera que dentro de nuestras fronteras. 12.000 personas visitan al año la Cueva de La Pileta

El otro arte que nos sobrecoge en la cueva es el de la naturaleza. El agua ha ido erosionando durante millones de años la roca caliza, creando bellas y caprichosa figuras. Estalagmitas que recuerdan la figura de un castillo o coladas cuyos pliegues imitan perfectamente el órgano de una catedral.

Y una curiosidad, los Beatles visitaron la cueva en los años 60. La cámara de Los Reporteros sigue a Tomas hasta una de las galerías de momento restringidas al público.

¿Quiénes eran esos hombres que la habitaron y cuál era el significado de los símbolos que nos han dejado? La ciencia busca las respuestas y Pileta, como otras cuevas andaluzas, tiene aún mucho por descubrir.