Denuncian unos costes de producción del siglo XXI frente a precios en origen de hace 30 años
La gran mayoría de propietarios supera los 55 años
El relevo generacional no está asegurado y el reto es hacer del nuestro un campo rentable
España es el primer productor mundial de aceite de oliva y el sexto de frutas y hortalizas
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El campo anda revuelto. Los agricultores se han echado a la calle para protestar por lo que consideran un binomio injusto: costes de producción del siglo XXI y precios en origen de hace 30 años. Las cuentas no les salen y se suceden movilizaciones por todo el país para pedir al gobierno la regulación de un sector en el que se ha notado la subida del paro, y donde la gran mayoría de propietarios supera los 55 años. El relevo generacional no está asegurado y el reto es hacer del nuestro un campo rentable. Los Reporteros ha profundizado este sábado en el conflicto que se vive en el campo andaluz.
En Lora del Río los cítricos son un cultivo habitual en estas tierras cercanas al Guadalquivir camino de Córdoba. En estas tierras para llenar un camión con unos 20.000 kilos de mandarinas trabaja una cuadrilla de 30 personas a razón de unos 50 euros al día. El gran montante de lo recogido viajará fuera de España.
EL MERCADO NACIONAL CONSUME LA FRUTA QUE NO SE CONSUME EN EL EXTRANJERO
José Antonio Rodríguez Mejías en un agricultor de Lora del Río según el “mercado nacional lo que consume es la fruta que no se consume en el extranjero, normalmente lleva peor calidad porque pagamos menos por nuestra fruta”. Junto a las mandarinas en este municipio sevillano se cultivan naranjas que dejan menos ganancia pero cuyo consumo es más estable a lo largo del año.
Ya en la cooperativa, la fruta se lava y se encera, se cataloga por tamaño, se clasifica y se envasa para su distribución, un proceso que también repercute en el coste final. En la cooperativa San Sebastián de Lora del Río nos cuentan que el precio de la naranja en el campo puede estar en torno a 25 céntimos y a la salida del almacen puede estar sobre los 50 o 60 céntimos.
La gota que colma el vaso, para muchos, es la subida del salario mínimo. José Antonio Mejías lo tiene claro “el kilo de fruta vale lo mismo cogerlo valga dinero o no valga dinero, entonces dependemos de unos cultivos con muchísima mano de obra, por lo tanto, si nos suben la mano de obra, lógicamente, es difícil de poder asumir”.
EL OLIVO, EL GRAN PERJUDICADO POR LOS ARANCELES
Es como vivir en una subasta permanente, los precios dependen de la oferta y la demanda, de las inclemencias del tiempo y de otro tipo de factores, incluso políticos. Los aranceles de Trump, por ejemplo, han afectado al olivo. Eso unido a una producción abundante ha hecho bajar su precio en origen.
España es el primer productor mundial de aceite de oliva y el sexto de frutas y hortalizas, un ranking envenenado, si somos conscientes de que la mayor desventaja es ofrecer al mejor postor un producto con fecha de caducidad. El olivo ha sido el más perjudicado, en los últimos meses ha bajado hasta un 23%.
En Jimena, Jaén, como en otros muchos puntos de Andalucía, el futuro se plantea incierto. Las subvenciones llegan, pero no son la solución. Nos cuentan que el negocio de las grandes cadenas no está tanto en los precios como en la financiación a la hora de pagar a los proveedores hasta en 180 días.
Los Reporteros ha estado en una cooperativa de la localidad sevillana de Los Palacios, es tomate, aquí, es el rey. Diez millones de kilos salen cada año. Agricultores de la zona los venden aquí ahorrando intermediarios y abaratando costes. Pero reconocen que, aunque ofrecen calidad, es imprescindible regular a la competencia.
El gobierno ha pedido unidad para buscar soluciones, y se compromete a reformar la actual ley de la cadena alimentaria, para vigilar los precios y evitar la venta a pérdida, una practica especulativa para atraer a un cliente que también es responsable.
EL CAMPO NO ES ATRACTIVO PARA LOS MÁS JÓVENES
Así las cosas tener tierras se ha convertido para muchos en una aventura casi romántica que se mantiene por cuestiones sentimentales. El profesor de la Escuela de Ingeniería Agronómica, Manuel David García Brenes asegura que “un porcentaje bastante elevado de los productores está trabajando jubilado”.
El campo no es atractivo para la gente joven, algunos lo siguen trabajando, pero como segunda opción. José Manuel Pérez de la Cooperativa Las Nieves de Los Palacios no deja duda sobre el duro trabajo en el campo “aquí no hay domingo, no hay sábado, no hay fines de semana, no hay vacaciones, aquí no hay paga extra, aquí hay que trabajar todos los días, entonces la juventud, evidentemente, intenta, por todos los medios, evitar este medio de vida”.