Pasear por la calle y ver a alguna jugar con la pelota ya no es nada extraño. Las niñas también juegan al fútbol. El fútbol femenino está en auge. El fútbol femenino en España vive su mejor momento desde que en 1988 se creara la Primera División Femenina, la actual Liga Iberdrola. Llegar hasta aquí no ha sido fácil, los clubes importantes parecían no apostar por el fútbol femenino, había falta de visibilidad y nadie se atrevía a patrocinarlo. En esa primera temporada, hace ya 31 años, participaron 9 equipos y en esta, 2019-2020 son 16, tres de ellos andaluces: Sevilla, Betis y Sporting de Huelva. En España hay más de 11.000 mujeres federadas y en la última década las licencias federativas de mujeres futbolistas en España creció un 561 por ciento. Ya hay peñas de fútbol femenino y se emiten los partidos por televisión. Durante la final de la Copa de la Reina de este año, el Atlético de Madrid-Real Sociedad batió el récord de audiencia de un partido de fútbol, al reunir a más de 1 millón 600 mil personas frente al televisor. Poco después, el Atlético de Madrid-Barcelona reunió a 60.739 aficionados en el Wanda Metropolitano y se convirtió en el partido de clubes femeninos de mayor asistencia de la historia del fútbol mundial. Y coincidiendo con este auge del fútbol femenino en España, este fin de semana también se ha vivido la primera huelga de las mujeres futbolistas. Piden una condiciones de trabajo mínima. Hasta el 20 de diciembre tienen de plazo para llegar a un acuerdo para la firma de un convenio colectivo que establece 16.000 euros de salario mínimo a jornada completa, 12.000 a tiempo parcial y 4.000 euros lineales para todas aquellas que ahora mismo superen esos 12.000 euros con un contrato de media jornada.