Es uno de los concursantes más veteranos de esta edición del concurso y no solo por la edad. Ha recorrido numerosos países cantando y a pesar de todo, aún se pone nerviosos al pensar en subirse al escenario.
Rubén lleva toda la vida luchando por hacerse un nombre en la música. Ha cantado por medio mundo, Italia, Panamá, Venezuela, Miami… pero "nada me da tanto vértigo como subirme al escenario de Yo soy del Sur", asegura.
Si algo caracteriza a Rubén es su espiritualidad. "Soy cristiano y Dios me acompaña en cada paso que doy, creo firmemente en su palabra", dice este cordobés de 39 años.
Adrián es padre de un niño de 2 años al que quiere con locura. Viene de una familia de artistas, sus hermanos también cantan y su padre regenta una peña flamenca en Córdoba, uno de los primeros lugares donde el concursante empezó a cantar.
Además de cantar Rubén toca la guitarra, compone y tiene nociones de piano. También se define como un manitas en casa, quién sabe si se le dará igual de bien el concurso.
Trayectoria en el programa:
Rubén se estrena con verde 'En primavera', unas sevillanas de 1988. Y en la cuarta gala, le pide matrimonio a su novia. ¿Te lo perdiste? Mira el emotivo momento que vivió.
Mala gala, la séptima, para el cordobés. Recibe las críticas de Julia, por favoritismo; no canta como debería -según el jurado-, y termina enfrentándose al Desafío Final contra Cristina. Al menos lo gana, pues si no hubiera sido así, el sobre negro tampoco le habría sonreído.
Si en la Gala 9 tuvo que librar un duro Desafío Final ante la retante Montse, de la que salió victorioso, la décima gala ha sido algo complicada para él. Y es que igual que recibió la grata sorpresa de su tan admirado Paco Montalvo, uno de los mejores violinistas del mundo; también fue el responsable de comunicarle al jurado el malestar de todos los concursantes. Así que tuvo uno de cal y otra de arena.
El cordobés se despide del concurso en una noche agridulce, una Gala 19 en la que recibe la sorpresa de sus amigos de la infancia pero en la que pierde a manos de María, la retante de la noche. Sonrisa muy agradecida en la despedida de un concursante querido, no exento de polémica.