Nuestros animales domésticos sufren los rigores de altas temperaturas.
Protegerlos del sol e hidratarlos es indispensable para evitar problemas de salud que pueden llegar a ser graves.
Las mascotas también sufren los rigores de altas temperaturas. Los síntomas son claros: Jadeo intenso, desorientación, vómitos o diarrea. Si aparecen hay que buscar una sombra y se debe mojar al perro en el abdomen y las patas. Otro problema muy frecuente son las quemaduras.
También hay que proteger del calor dentro de casa a gatos, conejos o cobayas. Y por supuesto recordar que los canarios y aves en jaula no deben permanecer en el exterior. También ellos podrían sufrir un colapso durante una ola de calor.