Los tendidos provocan la electrocución de 50.000 aves cada año

Los postes de los tendidos eléctricos son un posadero ideal para las aves, pero también pueden ser su lugar de muerte. Las electrocuciones, a pesar de las medidas tomadas por las eléctricas, siguen preocupando a las asociaciones ecologistas que estiman en 50.000 las aves que mueren por este motivo cada año.

Los postes de tendidos eléctricos son posaderos para las aves, especialmente para las rapaces que las usan para avistar a sus presas, pero le pueden causar la muerte. Las compañías eléctricas adoptaron medidas protectoras, cuyos resultados reconocen las 9 organizaciones ecologistas integradas en la Plataforma SOS Tendidos Eléctricos; una de ellas, la Sociedad Ibérica para el Estudio y Conservación de los Ecosistemas, SIECE, centrada en la provincia de Jaén.

Pero muertes se siguen produciendo, incluso en postes con medidas protectoras, que son la mayoría. Las organizaciones ecologistas proponen aislantes más duraderos y seguros, y que se revisen cada cierto tiempo para corregir los desperfectos. La idea es que las aves sigan disfrutando de estas atalayas sin arriesgar su vida.