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Coria del Río celebra el "Toro Nagashi" marcado por el temor a los mosquitos

La ceremonia han acudido miles de personas. Este año lo hace mientras continúan los trabajos de fumigación contra los mosquitos para evitar el contagio del virus del Nilo.

CANAL SUR MEDIA 16 agosto 2024

Coria del Río (Sevilla) celebra la ceremonia del "Toro Nagashi", una tradición japonesa para velar por las almas y desear la paz en el mundo, en la que se depositan linternas flotantes en el río Guadalquivir, que refuerza el vínculo de este municipio con el país asiático. Este año lo hace mientras continúan los trabajos de fumigación contra los mosquitos para evitar el contagio del mosquitos del virus del Nilo.

En Andalucía tres personas han muerto por este virus, según ha confirmado la Consejería de Salud. Todos los casos han sido en Sevilla. Para luchar contra los mosquitos se han instalado refugios para murciélagos y se han reforzado las labores de fumigación en distintas zonas , sobre todo en aguas estancadas donde se encuentran las larvas. Desde la Consejería de Salud se insiste: es muy importante protegerse de las picaduras en el amanecer y el atardecer.

La ceremonia, a la que han acudido miles de personas, si bien no tantas como el año pasado, posiblemente, por la incertidumbre que se vive en el municipio a causa del virus del Nilo que transmiten los mosquitos, se ha iniciado al final de la tarde en el monumento Yashiro en Orilla, conocido como "Templo de las almas", obra del artista japonés Kiyoshi Yamaoka.

Este ha recordado ante los presentes que fue hace ocho años cuando participó por primera vez en la ceremonia Toro Nagashi en ese lugar, "motivado por el deseo de mi corazón de permitir que las almas de los samuráis de Sendai, quienes dedicaron sus vidas a esta tierra, pudieran viajar de regreso a su hogar". Según ha indicado, se trata de una ceremonia que "sigue creciendo año tras año, extendiéndose no solo a Coria del Río sino a muchos más lugares de toda Andalucía".

"Esta ceremonia tradicional del pueblo japonés se está desvaneciendo con el paso del tiempo. Sin embargo, ha sido revivida en Coria del Río. Cuando se celebra aquí, en las aguas del hermoso río Guadalquivir, la ceremonia Toro Nagashi es la mejor del mundo", ha destacado.

Por su parte, el alcalde de la localidad, Modesto González, ha señalado que este celebración está "llena de espiritualidad, belleza y sentimiento" y ha querido rendir un especial homenaje a Antonio Navascués, quien dejó un legado incalculable en la historia cultural de Coria del Río, como representante del artista Kiyoshi Yamaoka y promotor del proyecto "Yashiro en Orilla".
"Su esfuerzo y dedicación ayudaron a consolidar la fiesta del Yashiro y el Toro Nagashi. Gracias a Antonio y a su esposa Margarita de Lucas por su invaluable contribución", ha manifestado.

El municipio comenzó a realizar la "ceremonia de los farolillos flotantes en el Guadalquivir" en 2017 con unos 50 asistentes, pero ya en 2018 la cita se consolidó, con la participación de más de mil personas de distintas ciudades españolas.
Debido a la masiva afluencia de visitantes esperada, el Ayuntamiento de Coria del Río ha ampliado los servicios sanitarios y la presencia de Policía Local, así como de efectivos de Protección Civil, y se ha mejorado la señalización de bolsas de aparcamiento para el estacionamiento de vehículos.

La Embajada Keicho, que originó el vínculo de Coria con Japón, contó como protagonistas con el samurái Hasekura Tsunenaga y el franciscano de Sevilla Fray Luis Sotelo, que lideraron la expedición diplomática enviada a España por el daimyo (señor feudal) japonés Date Masamune con el objetivo principal de establecer relaciones comerciales entre los dos países.
Tras superar el Océano Pacífico salvando tempestades, cruzar México en mula y atravesar el Atlántico enrolados en la Flota de Indias, la Embajada llegó a España en 1614, donde se estableció durante un año hasta conseguir audiencia con Felipe III.

No obstante, el monarca no aceptó las propuestas japonesas, a pesar de que continuaron hasta Roma para conseguir el respaldo del Papa Paulo V y de que permanecieron afincados en España durante siete años para tratar de cambiar la postura del rey de España. Finalmente, la Embajada Keicho tuvo que volver a Japón sin haber cumplido su misión, aunque muchos de sus componentes se quedaron para siempre en Coria del Río.

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