Veta la Palma, un oasis para las aves acuáticas
La zona que quiere comprar la Junta está rodeada por el Guadalquivir y por el río Guadiamar.
En un año seco como este, la práctica totalidad de las aves acuáticas se concentran en esta zona.
Las más de 3.000 hectáreas inundadas de Veta la Palma tienen un agua de inmejorable calidad que resulta decisiva en años secos, como éste. La práctica totalidad de las aves acuáticas se concentran en esta zona.
Veta la Palma se asemeja a una península bañada, a lo largo de más de 40 kilómetros, por el Guadalquivir y el Guadiamar, ocupando así un lugar estratégico en el mismo corazón de las marismas.
En pocos lugares del mundo se dedican a la acuicultura balsas que suman 3.200 hectáreas de lámina de agua, el equivalente a 3.200 campos de fútbol o seis veces la superficie que ocupa el Peñón de Gibraltar.
Al reclamo de esta zona húmeda permanente y, sobre todo, del alimento que atesora, acuden cada año miles de aves acuáticas, tanto migratorias como nidificantes, convirtiéndose, en años secos, en la principal despensa para el Espacio Natural de Doñana. De hecho, señalan algunos especialistas, en esta zona húmeda artificial se encuentran elementos que el parque nacional no tiene o ha perdido con el paso de los años.
Si el otoño ha sido pobre en lluvias, hasta 300.000 aves pueden concentrarse en este oasis algunos inviernos. Y no sólo es una cuestión numérica sino también de biodiversidad ya que se han censado, en diferentes momentos del año, alrededor de 250 especies diferentes, 50 de ellas amenazadas, como el águila pescadora o la cerceta pardilla.
