Soldados de bata blanca en el campo de batalla de los hospitales andaluces

Aquel 14 de marzo España registraba más de 6.000 casos, había duplicado la cifra en solo dos días, y la curva, la famosa curva que empezábamos a interpretar, se disparaba, y lo que era aún peor, ocurría igual con los fallecidos. El campo de batalla estaba en los hospitales. Nuestros soldados llevaban, y llevan aún, bata blanca y los demás aprendimos a resistir y aplaudir cada tarde a las 8.

"Había días que nos tirábamos aquí, mañana, tarde y noche, y cuando estábamos en casa, sin poder salir, te ponía los pelos de punta escuchar los aplausos". Es el testimonio de algunos de los sanitarios que recuerdan cómo han vivido este año de estado de alarma, entre la incertidumbre inicial y algunos momentos de indignación al observar comportamientos poco responsables: "Tú estás aplaudiendo y no solo a nosotros, sino a todos los trabajadores esenciales del mundo, pero luego te vas con tus amigos de barbacoa". Unos sanitarios a los que también alcanzaba el coronavirus precisamente por su batalla en primera línea, no siempre con todas las medidas de protección necesarias.

En este reportaje escuchamos los testimonios de algunos sanitarios andaluces que comparten con los de todo el mundo la desesperación de luchar con ese virus que nos ha partido por dos. Con miedo y con coraje, con la falta de medios de protección del principio, y ahora con la esperanza de ver el final del túnel. Ellos están en primera línea de cada batalla, salvando vidas, y convencidos de que vamos a ganar. Sin olvidar a los que ya no están, por quienes aún doblan las campanas.