Tras la dimisión de Pablo Lozano, horas antes de que la Asamblea presentara una moción de censura contra él por su gestión económica.
Curtido, actual delegado de la Federación en Cádiz y exjugador del Marbella, parte como favorito.
Están siendo horas convulsas en la Federación Andaluza de Fútbol. Este pasado viernes dimitió su presidente, Pablo Lozano, según la versión oficial por motivos personales, y según la no oficial porque le iba a presentar una moción de censura la misma asamblea que le dio su apoyo de forma casi unánime hace solo nueve meses.
La semana que viene los federativos se reúnen para elegir a un nuevo presidente, que será, salvo renuncia de última hora, Pedro Curtido, el actual delegado en Cádiz de la Federación Andaluza.
Pablo Lozano contó con el respaldo de Luis Rubiales en 2019 para suplir al anterior presidente de la federación andaluza, Eduardo Herrera. Pero, cinco años después, no tiene la confianza del nuevo equipo de la Federación Española de Fútbol que preside el empresario gallego Rafael Louzán, vencedor del proceso electoral que se celebró hace 15 días.
La asamblea respaldó a Louzán por 90 votos, frente a los 43 del otro candidato, Salvador Gomar, al que precisamente respaldaba Lozano.
La Federación Andaluza ya se ha puesto manos a la obra para evitar un vacío de poder y trabaja para elegir al sustituto de Lozano. La próxima semana comenzarán las reuniones para que los miembros de la Asamblea consensuen el procedimiento para la elección del nuevo presidente. Y en todo ese proceso, el más señalado es el exjugador del Marbella y delegado de la Federación en Cádiz, Pedro Curtido.
En esta situación, lo llamativo es que Pablo Lozano fue reelegido presidente de la Federación Andaluza hace solo 9 meses y además con el respaldo de 149 miembros de 150 posibles. Esa mayoría cuestiona ahora la gestión económica de Lozano y amenazaba con una moción de confianza, que ya no será necesaria.