Rusia acusa a la administración saliente de Estados Unidos de hacer "todo lo posible" por alargar la guerra en Ucrania, mientras el gobierno ucraniano asegura que Moscú ha preparado misiles balísticos y de crucero para lanzar un gran ataque.
Estados Unidos y España han cerrado este miércoles sus embajadas en Kiev, la capital de Ucrania, ante un posible ataque aéreo de Rusia, que ha autorizado el uso de armas nucleares un día después de que Ucrania utilizara por primera vez misiles de largo alcance estadounidenses para atacar territorio ruso.
Rusia acusó este miércoles a la administración saliente de Estados Unidos de hacer "todo lo posible" por alargar la guerra en Ucrania, mientras el gobierno ucraniano asegura que Moscú ha preparado misiles balísticos y de crucero para lanzar un gran ataque, y varias embajadas occidentales en Kiev han suspendido sus actividades por el riesgo de un ataque masivo.
La Embajada de España en Kiev no ha prestado atención al público durante la jornada de este miércoles "por precaución", aunque seguirá operativa, debido al riesgo de un ataque a gran escala por parte de Rusia. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores han aclarado que por razones de seguridad, "el personal de la Embajada española en Kiev permanece operativo teletrabajando y regresará al modo presencial en cuanto pase la alerta".
La decisión se ha tomado después de que la Embajada estadounidense en Ucrania haya notificado que "ha recibido información específica de un potencial ataque aéreo significativo el 20 de noviembre" y haya anunciado que permanecerá cerrada y su personal ha recibido instrucciones de permanecer refugiados. En su aviso a los ciudadanos estadounidenses en Kiev, la Embajada les ha recomendado que "estén preparados para buscar refugio inmediatamente en caso de que se anuncie una alerta aérea".
Las embajadas de Italia y Grecia también han suspendido la atención al público, pero no han cerrado, como la española.
Ucrania empleó este martes misiles balísticos estadounidenses ATACMS para atacar objetivos militares situados en territorio ruso, después de que Washington diera luz verde a Kiev para bombardear territorio enemigo con este tipo de armamento.
Estados Unidos prohibía hasta el momento a Ucrania utilizar estos misiles contra objetivos situados dentro de Rusia por miedo a la reacción del Kremlin, que ha afirmado en repetidas ocasiones que consideraría cualquier ataque contra su territorio con misiles de largo alcance occidentales como una entrada en el conflicto de la OTAN.
Además, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha aprobado el suministro de minas terrestres antipersonal a Ucrania.