La rocambolesca trayectoria de Puigdemont

Desde que fue nombrado Presidente de la Generalitat, quedó claro que Carles Puigdemont iba a pelear por la independencia en Cataluña como ningún otro lo había hecho. Su pulso contra el Gobierno de España dura ya casi ocho años.

El episodio de este jueves ha sido tan rocambolesco como su trayectoria política. El antiguo alcalde de Girona nunca ocultó su independentismo más combativo. Y lo demostró al llegar a la Presidencia de la Generalitat, tras la salida pactada de Artur Mas.

En solo ocho meses convocó un referéndum al margen del Estado y declarado inconstitucional.
El 1 de octubre de 2017, las urnas ilegales y los enfrentamientos con la policía dieron paso a una falsa victoria, y de ahí a la declaración de independencia. La nueva República catalana duró menos de un minuto.

El Gobierno aplica el artículo 155, se disuelve el Parlament y el President es destituido. Dos días después, y antes de que la Fiscalía actúe contra los responsables, Puigdemont escapa hacia Bruselas. Otros, como Junqueras, asumen las consecuencias y se enfrentann asumir las consecuencias y enfrentarse a la Justicia.

Puigdemont se instala en una mansión de Waterloo mientras la Justicia española intenta extraditarle. Llegó incluso a ser detenido dos veces: una por la policía alemana, y otra en Cerdeña; en ambos casos no prosperó la extradición.