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Los Reporteros analiza las ventajas e inconvenientes de reducir la jornada laboral a 35 horas

El Gobierno ha propuesto la reducción del tiempo de trabajo semanal que las organizaciones empresariales han tomado con reparos.

En Los Reporteros analizamos los pros y los contras. 

CANAL SUR MEDIA 3 diciembre 2023

La reducción progresiva de la jornada laboral hasta las 37 horas y media semanales será uno de los retos del nuevo gobierno. El objetivo, a largo plazo, sería llegar a las 35 horas. Los defensores de esta iniciativa opinan que así se facilitará la conciliación y la productividad, Sus detractores alertan de que en todos los sectores no será posible mantener el mismo salario con menos jornada, sobre todo en las PYMES. Hoy analizamos las luces y las sombras de un cambio que tiene algunos riesgos como el posible aumento de los costes de producción o un aumento del fraude en los contratos a tiempo parcial.

Si usted tiene un empleo, ya lo sabe y no hará falta recordárselo: si descontamos las horas de sueño, un tercio como mínimo del tiempo restante lo ocupamos trabajando, a veces más. Lo que queda del día, sea mucho o poco, es vida privada y ocio. La pregunta es: ¿sería más feliz y mas productivo si trabajara un poco menos cobrando el mismo salario?

En lo esencial, hay tres formas de responder a esta pregunta, en función de cuál sea su rol en el mercado laboral: si usted está empleado por cuenta ajena, muy posiblemente estará de acuerdo con la propuesta. Si por el contrario trabaja por cuenta propia, es decir, es autónomo, quizá no sepa a qué atenerse, habida cuenta de que su jornada suele ser interminable, sin un horario especifico. Finalmente, si usted dirige una empresa, grande o pequeña, probablemente la idea le resulte inapropiada.

En 1930, el economista británico John Maynard Keynes vaticinó que en cien años, es decir, ya mismo, el desarrollo tecnológico y la mejora del nivel de vida, permitirían una jornada laboral de solo 15 horas semanales, tres diarias, de lunes a viernes. Evidentemente, esa predicción no se ha cumplido, pero también es cierto que los tiempos de trabajo se fueron reduciendo paulatinamente a lo largo del ultimo siglo, aunque a un ritmo extraordinariamente lento.

En 1919, La huelga auspiciada por la CNT en la empresa Barcelona Traction, Light and Power Company, popularmente conocida como La Canadiense, obtuvo un éxito sin precedentes: a partir de entonces, sus empleados trabajaron un máximo de ocho horas diarias, 48 a la semana, de lunes a sábado, un baremo legal que acabaría implantándose en todo el país durante los siguientes 65 años, hasta que en 1983, el primer gobierno socialista redujo de 43 a 40 la jornada máxima semanal. Cuarenta años después de aquella medida, el gobierno de coalición recién constituido ha propuesto una nueva reducción, hasta las 35 horas.

La reducción seria progresiva: en una primera fase, y mediante un proyecto de ley, se consolidarían las 37 horas. Dos años después, se implantaría las 35 horas semanales allí donde lo permita la negociación colectiva. Asimilable o no, la ecuación “menos tiempo, igual salario” tiene un coste económico.

Desde luego suponen un coste más por cuanto que al final las empresas lo que calculan es el salario hora y el salario hora se va a incrementar. Quizá por eso a la patronal no le salen las cuentas. Aunque como reconoce el vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor, no es solo el efecto económico lo que preocupa, sino la carga ideológica de la medida anunciada, como dice Lorenzo Amor, presidente de ATA.

Al otro lado, la perspectiva es completamente diferente. Los sindicatos calculan que 12 de millones de trabajadores, el 70 por ciento de los asalariados, se verán afectados por una medida que favorecería la conciliación de la vida familiar y laboral,

Los sectores con más horas trabajas son agricultura, ganadería y pesca, 44 a la semana. Los trabajadores vinculados a la educación trabajan de media 37 horas. Aunque reconocen su implantación de una reducción de jornada estará en función del tipo de empresa y del sector al que pertenezca.

Navarra, País Vasco, La Rioja y Extremadura, con una media de 37,3 horas, son las comunidades con la jornadas semanales más cortas. Un horizonte que se sitúa en Holanda, donde la jornada laboral fijada por ley es de solo 32 horas semanales. Un caso excepcional. Entre el mínimo que establecen los Países Bajos y el máximo, las 42 horas semanales de Bosnia, se sitúan la mayoría de los países europeos. Naturalmente, y en todos ellos, una cosa es el horario legalmente establecido y otra muy distinta las horas reales de trabajo, y en este contexto, nuestro país supera a la media europea.

Y casi la mitad de esas horas extras, no se pagan o se pagan en negro. El control horario, obligatorio en todas las empresas, necesita una profunda revisión porque no está resultando del todo eficaz eficaz para controlar el fraude, advierten los inspectores de trabajo.

El exceso es especialmente grave en los trabajos a tiempo parcial, aun siendo un modelo de contrato en el que las horas extraordinarias están formalmente prohibidas.

Hablar de horarios a un trabajador por cuenta propia es adentrarnos en un espacio laboral muy distinto. Los autónomos, nos dice la patronal, cada vez trabajan más a medida que se incrementan los gastos que debe afrontar para gestionar su negocio.

Trabajar por cuenta propia, sin embargo, no tendría por qué significar jornadas interminables y extenuantes, no al menos en todos los casos, afirma la organización de autónomos que no está vinculados a la CEOE.

Trabajamos tanto o más que en cualquier país de nuestro entorno, pero no está claro que seamos igual de productivos. Según datos de Eurostat, España está ocho puntos por debajo de la media de los 27 países de Unión Europea en productividad laboral por hora trabajada.

Tampoco en esto patronal y sindicatos parecen estar de acuerdo. Aunque en esto, advierten los expertos, el tamaño importa. Algo más de la mitad las empresas españolas son PYMES unipersonales, con un propietario y sin empleados, y una de cada tres son negocios con menos de diez asalariados.

Concentrarse en ser productivos en lugar de estar ocupados puede ser un primer paso. El siguiente, es que la reducción de la jornada laboral que propone el nuevo gobierno, se apruebe, y eso, tal y como se presenta la legislatura, puede que también sea cuestión de tiempo.

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