Salvar la fajalauza, cinco siglos de historia en riesgo de desaparecer

Más de quinientos años tiene ya una cerámica que se ha convertido en emblema de Granada: la fajalauza. En el Albaicín resiste con dificultad el último de los antiguos talleres dedicados a esta artesanía que está muy presente en las casas granadinas o en la Alhambra, y que ha visitado Los Reporteros. La campaña puesta en marcha para su rehabilitación es una forma de preservar los orígenes de esta tradición alfarera sobre la que tornan el barro, el arte y la identidad. 

Manos que han moldeado y pintado el barro, generación tras generación, durante más de cinco siglos. Las familias de alfareros han transmitido su conocimiento de padres a hijos, conservando una tradición y un oficio que hunde sus raíces en el pasado andalusí. La cerámica de Fajalauza es historia, cultura, patrimonio e identidad de la ciudad de Granada.

La casa-fábrica de Fajalauza es el último de los antiguos talleres alfareros que se conserva en el Albaicín. Aquí, el visitante puede viajar en el tiempo e imaginar este viejo alfar funcionando. La Fundación Fajalauza ha solicitado que la antigua fábrica sea declarada Bien de Interés Cultural

En los tornos de la antigua fábrica, no hay taburetes para trabajar. Aquí el artesano se sienta en el suelo y hace girar con los pies la gran rueda que por su peso se apoya directamente en la tierra. Llevan girando tres siglos y siguen en perfecto estado. José Miguel o Chemi, como todos lo conocen, sigue poniéndolos en marcha, de vez en cuando.

La cerámica tradicional granadina no nació para estar en los palacios. Es una artesanía de uso doméstico que, desde la Edad Media, formó parte del ajuar de las viviendas del Reino de Granada. Aunque hoy se usan también otros colores, los tradicionales son el verde del cobre y el azul del cobalto. Con ellos dibujan, sobre el fondo blanco de la loza motivos florales, heráldicos, pajarillos o la simbólica granada. Manuel lleva toda la vida en la fábrica.

Las donaciones para salvar Fajalauza se pueden realizar en la web: www.fajalauza.org/campana-en-hispania-nostra donde desarrollan su campaña de micromecenazgo. Su proyecto es convertirlo en un centro de interpretación y un pequeño museo vivo, desde donde divulgar el proceso artesano y la historia de la cerámica popular granadina.

Desde hace siglos los nombres de las calles de la ciudad de la Alhambra se escriben sobre cerámica de Fajalauza. Su nombre proviene de la ubicación del antiguo gremio de alfareros. Tras la Reconquista establecieron sus talleres junto a una de las puertas de entrada de la muralla, la puerta de Fajalauza. Pasado, presente y futuro de una tradición artesana con cinco siglos de historia. El barro es patrimonio, cultura e identidad en Granada y en muchos pueblos de Andalucía.