Cuando se decidió a llamar a uno de los teléfonos de ayuda encontró al otro lado de la línea a una superviviente de violencia de género que le abrió los ojos.
Una mano amiga que a ella le salvó y que ahora Ana Rosa tiende a otras mujeres.
"No estás sola, no mires para otro lado", lema de la campaña de este 25 N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pone de manifiesto que la ayuda del entorno es muy importante para poder salir de la violencia de género.
Ese es el caso de Ana Rosa Mora, que asegura que no fue consciente de que era una víctima hasta que otra mujer que había pasado por la misma situación le abrió los ojos.
Ana Rosa relata que estuvo viviendo seis años en un infierno, con una persona con la todo había empezado bien. Sin embargo, a los tres meses de relación todo cambió.
Del aislamiento de todo su entorno pasó al control total de su vida y de su móvil por parte de su pareja. Un camino al que no veía final. Cuenta que fue su hija, fruto de un matrimonio anterior, quien pidió ayuda a su padre.
Finalmente lograron convencerla para que llamara a uno de los teléfonos de ayuda. Al otro lado de la línea encontró a Áurea, una superviviente de violencia de género que le abrió los ojos. Gracias a ella pudo reconocer su situación y buscar una salida.
Una mano amiga que a ella le salvó y que ahora Ana Rosa tiende a otras mujeres.