Las excavaciones han constatado que la construcción es una reforma de un gran edificio islámico almohade de finales del siglo XII y que su función era lúdico-palatina.
Los trabajos han sido llevados a cabo por el equipo del profesor Miguel Ángel Tabales.
Las excavaciones realizadas en el Cenador de Carlos V del Real Alcázar de Sevilla han constatado que la construcción es una reforma de un gran edificio islámico almohade de finales del siglo XII.
Entre las conclusiones de las catas realizadas en torno al pabellón, uno de los edificios más emblemáticos del conjunto monumental, destaca también que la construcción islámica original era mayor que el actual Cenador y que su función era palatina-lúdica, por lo que se ha descartado la función funeraria, que era una de las principales hipótesis que se estaban barajando, como resume el arqueólogo Miguel Ángel Tabales.
Con estos trabajos se ha documentado también el proceso de transformación de este edificio desde finales del siglo XII hasta la actualidad. El siguiente paso es iniciar su restauración.
También está previsto obtener más información sobre las antiguas huertas islámicas que ocupan los monumentales jardines del Real Alcázar.
Este pabellón cenador fue construido en honor del matrimonio del Emperador Carlos V con Isabel de Portugal. Las capitulaciones matrimoniales se habían firmado el 17 de octubre de 1525 en Torres Novas (Portugal), una vez disuelto el previo compromiso del emperador con su prima hermana María Tudor, y la ceremonia se realizó el 20 de enero de 1526.
Tiene su origen en una "qubba" musulmana y mezcla el estilo tradicional mudéjar con el renacentista. La sala es cuadrada, con una fuente en el medio y un artesonado; una ventana en cada lado facilita la corriente de aire para refrescar el interior.
En la solería del pabellón está representado el trazo del antiguo laberinto de los jardines, todo ello con cerámica del siglo XVI, del taller de los hermanos Polido.