El campo europeo se convierte en un polvorín

El descontento crece entre los agricultores europeos. El campo es un polvorín estos días aunque la mecha prendió hace meses. Primero en Alemania, a la que siguieron Polonia, Rumania, Grecia, Lituania, Irlanda, Francia, Bélgica e Italia.

En breve se unirán Portugal y España. Los bajos salarios y los elevados costes de producción son algunos de los ejes de las protestas, pero hay más.

La eliminación de subvenciones, en especial al diésel agrícola, la normativa medioambiental europea, la Reforma de la PAC, con la que son muy críticos los agricultores españoles, y el acuerdo con Ucrania. Los agricultores se oponen también a la firma de tratados de libre comercio con Chile, Nueva Zelanda.

"Nos perjudican, no producen con las mismas normas que nosotros"  dicen los agricultores, que también se oponen al Pacto Verde Europeo, que los obliga a reducir la producción.

Desde Europa, la presidenta de la Comisión ha pedido diálogo y dejar la polarización y  ha ofrecido suspender algunos puntos de la Política Agraria Común para calmar las protestas. Bruselas propone aplazar durante un año la obligación de mantener tierras en barbecho pero por el momento, este anuncio no ha tenido reflejo en las movilizaciones

Mientras tanto siguen los bloqueos en las carreteras francesas. El ministro del Interior francés ha reiterado que la policía no está contra la gente que trabaja pero que debe proteger también la movilidad nacional. Este miércoles se han producido altercados altercados en las afueras de París y del aeropuerto de Orly con al menos 15 detenidos.

Alrededor de 10.000 agricultores se mantienen firmes en la protesta en un centenar de puntos en importantes carreteras de Francia.