lucha contra el tabaco
lucha contra el tabaco

Milán prohíbe fumar en la calle si no se respetan diez metros de distancia entre personas

Tan solo podrá hacerse en sitios aislados. La multa puede llegar hasta los 240 euros.

Y Bélgica impide la venta de vapeadores desechables porque aficionan a los jóvenes a fumar y contaminan.

CANAL SUR MEDIA 1 enero 2025

El Ayuntamiento de la ciudad italiana de Milán pone en marcha desde este miércoles la prohibición de fumar tabaco en espacios públicos, incluidas las calles, salvo que se traten de "lugares aislados" en los que se pueda respetar una distancia de al menos diez metros respecto a otras personas. Esta medida es parte de una batería de normas aprobadas en 2020 para mejorar la calidad del aire de la urbe, y que han ido entrando poco a poco en vigor a lo largo del tiempo, y que se enmarcan en el Plan Aire-Clima, un documento que pretende reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2050.

Cabe destacar que la multa por el incumplimiento de la norma puede suponer un pago de entre 40 y 240 euros. Esta legislación ya introdujo restricciones al uso del tabaco en vías públicas, pues prohibía fumar en zonas verdes públicas (excepto en lugares aislados donde sea posible respetar la distancia de al menos diez metros con otras personas).

Del mismo modo, incluía prohibiciones en áreas equipadas destinadas a juegos infantiles, actividades deportivas o recreativas; en las paradas de espera del transporte público, incluidas las paradas de taxis (hasta una distancia de diez metros de las paradas y de las infraestructuras de señalización correspondientes); en cementerios; en zonas para perros; y en instalaciones deportivas de cualquier tipo, incluidas las zonas destinadas al público, como gradas.

PROHIBICIONES EN BÉLGICA

Y también desde este miércoles en Bélgica está prohibida la venta de vapeadores o cigarrillos electrónicos desechables. Con esta medida, Bélgica se convierte en el primer país de la Unión Europea en prohibir los váper de un solo uso. El gobierno belga defiende esta medida en base al atractivo que estos productos generan en los más jóvenes que se aficionen a fumar y, además, crean residuos químicos peligrosos, que se encuentran presentes en lo que la gente desecha.

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