El catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla defiende en Despierta Andalucía que la deforestación en cien metros a los lados de los cauces es la principal causa de que las crecidas de los ríos provoquen la devastación en las poblaciones cercanas.
El catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla Enrique Figueroa ha defendido este martes en Despierta Andalucía que la restauración de las riberas de los ríos es el asunto clave que se debe abordar con urgencia para evitar que futuras DANAs tengan efectos tan devastadores sobre el territorio y la población como los ocurridos en Valencia y, en menor medida, en algunas zonas de Andalucía.
“Hemos hablado mucho del agua, pero no del barro, que es una energía cinética tremenda, destructiva”. Un barro que, explica, “viene del territorio deforestado, erosionado, de riberas destruidas, cualquier río con un caudal razonable, como en el Guadalquivir, debe tener cien metros de riberas”.
Figueroa destaca que el Gobierno central aprobó en julio del año pasado un plan nacional de restauración de riberas y que Andalucía cuenta con otro a nivel autonómico desde hace más de dos décadas, aunque duda de que se esté aplicando.
“Yo desde aquí le digo a nuestro presidente (de la Junta) que por favor se interese por este tema. Es un plan de riberas de 2003. Y es bueno”. Es el llamamiento que hace el catedrático Figueroa para que se avance en este tema. “Es fundamental restaurar la vegetación de riberas en cien metros a los lados” de los cauces de los ríos porque “si no lo hacemos siempre va a ocurrir esto”, reitera este experto que, insiste, en pedir “al Gobierno de España y al de Andalucía que se lo tomen en serio”.
En cuanto a la celebración de estos días de la COP 29 en Bakú, Enrique Figueroa se muestra muy escéptico sobre los resultados de las cumbres del clima, tanto esta como las anteriores. “A la siguiente COP llegaremos sin nada, porque los que van allí van a aplaudirse para no decidir nada”, lamenta.