Las colas para huir del conflicto bélico hacia Polonia son kilométricas y muchos han tenido que seguir a pie porque sus coches se han quedado sin gasolina.
La otra gran frontera es Rumanía, que como Eslovaquia y Moldavia, también se ha volcado para acoger a los desplazados, mientras que Hungría es reticente.
La situación tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia es dramática y Europa se prepara para un éxodo de refugiados sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Las colas en los pasos fronterizos son kilométricas y muchos han tenido que seguir a pie porque sus coches se han quedado sin gasolina. Una situación muy dura para miles de personas que arrastran maletas, con niños pequeños, y sin apenas dormir.
El Gobierno de España ha confirmado que un centenar de españoles ha decidido permanecer en Ucrania. El número de ucranianos que abandone el país dependerá de lo que dure la operación militar. Su principal puerta de salida es Polonia, una frontera de 500 kilómetros que han cruzado ya 100.000 personas por los ocho puntos habilitados.
Muchos de ellos se reunirán con familiares en Polonia porque allí vive en torno a un millón trescientos mil ucranianos. La otra gran frontera es Rumanía, al sur, que como Eslovaquia y Moldavia, también se ha volcado para acoger refugiados.
En esta situación se encuentran también andaluces que viven en el lugar del conflicto, como Enrique Jiménez, un empresario jerezano que trata de salir de Ucrania por la frontera de Rumanía. Lleva horas a solo kilómetro y medio de entrar en el país vecino porque hay colapso en las zonas fronterizas.
De los países fronterizos, Hungría es el más reticente a la acogida de refugiados. Las organizaciones Unicef y Acnur estiman que hasta cinco millones de personas podrían abandonar Ucrania a causa de la invasión rusa.